¿Quo vadis?
Transporte ferroviario: Seguirán las viejas mañas?
Se ha ido el año y con el un período presidencial, por supuesto otro se inicia.
Sin embargo no pareciera ser muy diferente, la continuidad de gran parte del anterior elenco es la mejor carta de comprobación de ello.
Comenzado el nuevo ciclo estamos viendo algunos "blanqueos" de distintas situaciones, por ejemplo los aumentos en el transporte público de pasajeros, que hace muchos años no se tocan. Le significarían un importante ahorro al gobierno en subsidios y el dinero saldría según señalan los expertos, de los bolsillos de trabajadores mejores pagos que cuando se congelaron. Pero es bueno señalar, que los montos de los actuales subsidios no disminuirán ni un centavo, los aumentos solo frenarán las futuras actualizaciones.
Si observamos el estado en que centenares de miles de ciudadanos viajan todos los días (trenes y colectivos) y sumamos los millones de pesos que las empresas han recibido en subsidios percibimos que algo no anda nada bien.
La incompetencia de las empresas de transporte para prestar un servicio acorde con los derechos y necesidades de los sufridos pasajeros, ha sido manifiesta.
La falta de control por parte de un estado, que debe necesaria e indefectiblemente, proteger los derechos de los ciudadanos ha sido harto evidente. Pese a la millonada gastada nada ha mejorado.
Sino se controlaba cuando aportábamos el dinero de los argentinos, quién garantiza que ahora, con ingresos crecientes por los aumentos serán auditados? Debería replantearse con seriedad la eficiencia de los responsables del área en cuestión, el olor a fracaso e incompetencia se percibe desde lejos.
Estamos refiriéndonos a lo que viene en política de transporte, así no se puede ni debe seguir, el pueblo merece mayor respeto y consideración. Es hora de terminar con tanto abandono y olvido.
Para quienes mayoritariamente han confiado su voto a la continuidad de las ideas generales y manifiestas del gobierno nacional, sólo cabe mejorar el modelo de gestión con mayor participación, mayor profundidad en el debate, para entre todos pergueñar el modelo de país, de sociedad, que la inmensa mayoría sueña todavía.
Pero quienes son responsables de conducir los destinos del país, deberían tener presentes que no son nuevos, conforman en la práctica la continuidad de una gestión que, deberá demostrar rápida y palpablemente, que estamos arribando a una etapa superadora, y ésta debe exhibir acciones concretas en la dirección adecuada, con la presteza que es dable esperar.
Años de frustraciones de traición a la palabra (presuntamente) empeñada, han dañado la inocencia que el pueblo lleva (o llevaba) siempre en un lugar del corazón.
Transporte ferroviario: Seguirán las viejas mañas?
Se ha ido el año y con el un período presidencial, por supuesto otro se inicia.
Sin embargo no pareciera ser muy diferente, la continuidad de gran parte del anterior elenco es la mejor carta de comprobación de ello.
Comenzado el nuevo ciclo estamos viendo algunos "blanqueos" de distintas situaciones, por ejemplo los aumentos en el transporte público de pasajeros, que hace muchos años no se tocan. Le significarían un importante ahorro al gobierno en subsidios y el dinero saldría según señalan los expertos, de los bolsillos de trabajadores mejores pagos que cuando se congelaron. Pero es bueno señalar, que los montos de los actuales subsidios no disminuirán ni un centavo, los aumentos solo frenarán las futuras actualizaciones.
Si observamos el estado en que centenares de miles de ciudadanos viajan todos los días (trenes y colectivos) y sumamos los millones de pesos que las empresas han recibido en subsidios percibimos que algo no anda nada bien.
La incompetencia de las empresas de transporte para prestar un servicio acorde con los derechos y necesidades de los sufridos pasajeros, ha sido manifiesta.
La falta de control por parte de un estado, que debe necesaria e indefectiblemente, proteger los derechos de los ciudadanos ha sido harto evidente. Pese a la millonada gastada nada ha mejorado.
Sino se controlaba cuando aportábamos el dinero de los argentinos, quién garantiza que ahora, con ingresos crecientes por los aumentos serán auditados? Debería replantearse con seriedad la eficiencia de los responsables del área en cuestión, el olor a fracaso e incompetencia se percibe desde lejos.
Estamos refiriéndonos a lo que viene en política de transporte, así no se puede ni debe seguir, el pueblo merece mayor respeto y consideración. Es hora de terminar con tanto abandono y olvido.
Para quienes mayoritariamente han confiado su voto a la continuidad de las ideas generales y manifiestas del gobierno nacional, sólo cabe mejorar el modelo de gestión con mayor participación, mayor profundidad en el debate, para entre todos pergueñar el modelo de país, de sociedad, que la inmensa mayoría sueña todavía.
Pero quienes son responsables de conducir los destinos del país, deberían tener presentes que no son nuevos, conforman en la práctica la continuidad de una gestión que, deberá demostrar rápida y palpablemente, que estamos arribando a una etapa superadora, y ésta debe exhibir acciones concretas en la dirección adecuada, con la presteza que es dable esperar.
Años de frustraciones de traición a la palabra (presuntamente) empeñada, han dañado la inocencia que el pueblo lleva (o llevaba) siempre en un lugar del corazón.
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