Investigadores españoles pertenecientes a la Red de Terapia Celular del Instituto de Salud Carlos III (Red TerCel), entre ellos un equipo de la Universidad de Valladolid (UVA), han constatado que el uso de células mesenquimales (células madre del tejido conectivo que pueden dar origen a distintos tipos celulares), incluso de donante sano, es una alternativa válida para el tratamiento de la artrosis de rodilla, fácil de aplicar e igual o mejor que los tratamientos convencionales. Los resultados del ensayo clínico se publican hoy en la revista científica Transplantation.
Los tratamientos convencionales para este tipo de patología son sintomáticos y no regeneran cartílago y la cirugía protésica solo es recomendable en último extremo. Por el contrario, el empleo de este tipo de células no solo mejora el dolor y la discapacidad, sino que también mejora la calidad del cartílago articular, según se ha podido comprobar por resonancia magnética cuantitativa.
“Estamos hablando de ensayos clínicos que se han llevado a cabo con 12 pacientes en los que se ha hecho el tratamiento con células madre alogénicas (de un donante) comparado con 12 pacientes a los que se ha aplicado el tratamiento convencional o con infiltraciones de ácido hialurónico. Las células madre han demostrado su superioridad sobre el ácido hialurónico, pero de ahí a poder decir que el día de mañana esto va a poder sustituir a todos los tratamientos convencionales es un poco pretencioso”, ha declarado a DICYT Miguel Ángel Martín Ferrero, jefe de servicio de Traumatología del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y profesor de Cirugía del Aparato Locomotor en la UVA.
La utilidad de la terapia con células mesenquimales autólogas (del propio paciente) para lesiones del disco intervertebral o de la rodilla fue publicada por este mismo grupo en los años 2011 y 2013. Ahora el grupo ha constatado que la utilización, por primera vez, de células alogénicas (procedentes de donantes sanos) simplifica el procedimiento y lo hace más accesible, aunque será necesario comparar la eficacia de ambos tratamientos antes de su uso generalizado.
La artrosis es la degeneración del cartílago articular, que conduce al desarrollo de fisuras y erosiones y que provoca dolor e impotencia funcional. Cursa con inflamación por lo que los medicamentos antiinflamatorios están indicados en el tratamiento de esta enfermedad. Las lesiones focales pueden tratarse satisfactoriamente implantando condrocitos, pero en las lesiones difusas este tratamiento no está indicado. El cartílago articular tiene una capacidad regenerativa muy limitada, por lo que los tratamientos habituales son sintomáticos. La evolución de la calidad del cartílago articular puede seguirse por métodos avanzados de resonancia magnética.
Según la encuesta ArtRoCad realizada por la Sociedad Española de Reumatología (SER) y la Sociedad Española de Médicos de Asistencia Primaria (Semergen), la artrosis de rodilla tiene una prevalencia del 10% la de cadera del 4%.
Los ensayos se han realizado en la articulación de la rodilla “porque es una articulación grande, fácilmente evaluable en los efectos y fácilmente infiltrable con las células madre, al no ser una articulación profunda. Es una buena articulación para este tipo de ensayos del cartílago”, ha argumentado Martín Ferrero.
El estudio Episer, realizado por la SER, mostró que el 29% de la población española de más de 60 años presentaba artrosis sintomática (con dolor) de rodilla. Esto significa que, en la actualidad, unos dos millones de españoles sufre esta enfermedad. El coste anual del tratamiento convencional es, según el estudio ArtRoCad de unos 1.500 euros por paciente.
Los científicos participantes en el estudio diseñaron un ensayo aleatorizado con 30 pacientes que padecían artrosis de rodilla crónica resistente a los tratamientos convencionales. En 15 de ellos se inyectaron células madre mesenquimales alogénicas seleccionadas y cultivadas en la Sala Blanca del Parque Científico de la Universidad de Valladolid, y en otros 15 se aplicó un tratamiento convencional consistente en la inyección de ácido hialurónico.
Los pacientes fueron tratados, seguidos y evaluados durante un año en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid (26 pacientes) y en el Centro Médico Teknon de Barcelona (cuatro pacientes). Los tratados con células no tuvieron efectos secundarios y mostraron una mejoría significativa del dolor y la discapacidad. Se demostró también una mejora significativa de la calidad del cartílago articular por técnicas de resonancia magnética cuantitativa. La eficacia fue algo menor que la encontrada en el ensayo previo con células autólogas. (Fuente: FBC/DICYT)
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