En Centroamérica, las tortillas forman parte de la dieta de miles de familias de la región, pero en un viraje paradójico, también se han convertido en un enemigo público de la salud.
Correctamente cocinadas, las tortillas son un alimento nutritivo, pero preparadas con fuego de leña se convierten en vehículo de las emisiones tóxicas de las llamas, proceso que mata prematuramente a unas 37.000 personas cada año y afecta a unos 20 millones de centroamericanos, de acuerdo a los datos del Banco Mundial.
Miles de mujeres dedican casi cuatro horas del día a la elaboración de tortillas, frijoles y guisados para sus familias. Pero en el proceso inhalan sin ningún filtro ese humo emitido por la leña ardiente. Las consecuencias son mortales no solo para ellas, sino también para sus hijos.
A este tipo de contaminación se vincula la neumonía infantil, bajo peso al nacer, capacidades cognitivas disminuidas y enfermedades pulmonares crónicas en las mujeres. Según la Organización Mundial de la Salud OMS, la contaminación ambiental doméstica es uno de los cinco principales factores detrás de las muertes y enfermedades prematuras en Guatemala, Honduras y Nicaragua, en donde se concentra casi el 86% de personas de la región que utilizan leña para cocinar.
El estudio del Banco Mundial ¿Qué hemos aprendido de la cocina doméstica con biomasa en Centroamérica? (en inglés) plantea un enfoque regional para sustituir las prácticas rudimentarias de cocina y facilitar lo que se ha dado en llamar acceso universal a la ‘cocción limpia’. Una solución relativamente simple es fomentar el uso de cocinas seguras, especialmente diseñadas para usar la biomasa como combustible pero sin contaminar. Estas cocinas cuentan con una cámara de combustión más eficiente, una plancha reforzada y chimenea. Con el uso y mantenimiento adecuados, producen menos o nada de humo y utilizan menos leña.
Centroamérica se estableció como objetivo proporcionar a su población un millón de estas cocinas mejoradas para 2020. En la región se necesitan cuatro millones de este tipo de cocinas para brindar a los 20 millones de personas que dependen de la leña acceso universal a la cocción limpia. Asumiendo un costo de 150 dólares por cocina (incluidas producción, distribución, capacitación, certificación y campañas promocionales), el acceso universal demandaría una inversión de 600 millones.
El Banco Mundial encabeza un esfuerzo para desarrollar un programa regional de cocinas junto al Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y los gobiernos nacionales. Los expertos creen que la práctica de cocinar directamente con leña se está convirtiendo en una amenaza para el futuro de Centroamérica.
“Las cocinas eran consideradas como un problema menor para el desarrollo de la región. Esto ya no es así, y por eso buscamos eliminar el humo de las planchas de Centroamérica”, dijo Ede Ijjasz-Vásquez, director de Desarrollo Sustentable del Banco Mundial para América Latina. Fuente: El País
jueves, 7 de noviembre de 2013
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