Flickr Creative Commons Jenny Kristina Nilsen y Troijmorris |
Unas leyes que debidamente aplicadas y sostenido el esfuerzo con las que las validamos, nos deberían llevar a conseguir las metas que nos hemos propuesto, o, en su defecto, a evitar lo que no queremos en nuestra vida. Repasemos algunas de esas leyes de comportamiento, las más sonadas y populares, y veamos qué nos ofrecen.
Una de las primeras leyes del comportamiento populares serían las que nos ayudarían al control, al control de nuestros pensamientos, porque de él se derivarían los sentimientos propios y las acciones que desarrollamos en nuestro mundo.
Las leyes de la evolución personal, en cambio, serían las que relacionan el éxito de un individuo en la vida con la forma en la que se desarrolle su conciencia sobre la necesidad de mejorar positivamente. Estas leyes del comportamiento se relacionarían estrechamente con la de del desarrollo del sistema de creencias, que nos dice que si creemos firmemente en algo, y se trabaja para conseguirlo, finalmente nos acabará llegando.
Otra de las leyes del comportamiento es la de la acción global, que asegura que lo bueno, atrae lo bueno, y lo malo atrae lo malo, al hilo de que todo está relacionado en este mundo, o como decía el viejo aforismo, quien siembra vientos, recogerá tempestades.
Las leyes para la correspondencia, por su parte, nos dirá que lo que acontece en nuestro exterior no es más que una proyección nítida de lo que pasa en el interior de nosotros, nuestras motivaciones, nuestro estado de ánimo o nuestra felicidad.
Dos de las leyes del comportamiento más divulgadas son las de la abundancia, que dicen que hay que confiar en que hay de todo para todos, y que divagar sobre lo contrario no conduce a nada; y las leyes de la constancia. Cuanto más obstinado seas sobre la acción de una buena y proporcionada tarea, mejores serán los frutos recogidos de ella.
Las leyes de la irradiación magnética nos asegurarían que cuantos más golpes de fortuna tengamos, más volveremos a tener; las leyes de los talentos únicos nos acercan a la realidad de que en cada persona anida una habilidad superior que hay que explotar, de la que hay que servirse y que también ha de desarrollarse.
Las leyes del un poco más nos llevarían por su parte a la comprensión del significado positivo que supone hacer más de lo que nos han pedido. Al final, se acabará reconociendo la valía y nuestra capacidad para emprender.
Y por último, una de las leyes del comportamiento relacionadas con la anterior, las de la acumulación. Los éxitos en la vida son el resultado de la acumulación de pequeñas acciones en la misma dirección.
Por tanto, incidir una y otra vez en los aspectos que queremos desarrollar nos llevará en la dirección en la que queremos ir y a donde queremos llegar.
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