Un grupo de científicos identificaron una región con la capacidad de inferir los pensamientos y los sentimientos de los demás y la habilidad realizar varias actividades a la vez conocido como multitasking
Como los exploradores que durante dos siglos se la nzaron a descubrir y cartografiar continentes desconocidos, los neurocientíficos de hoy están trazando el nuevo mapa del cerebro.
Localizar dónde residen la s principales funciones de la mente es todo un desafío, porque exige desentrañar los engranajes del cerebro "en vivo y en directo". Pero un trabajo de investigadores argentinos y británicos acaba de agregar dos piezas fundamentales al rompecabezas.
En un estudio que acaba de publicarse en la revista Neuropsychologia, pudieron confirmar que una región conocida como área 10 de Brodmann es vital para dos funciones humanas básicas: la capacidad de inferir los pensamientos y sentimientos de los demás (algo que los científicos lla man "teoría de la mente") y la habilidad de realizar varias tareas al mismo tiempo, conocida popula rmente con el término de multitasking (multifunción).
"En 1909 el neurólogo alemán Korbinian Brodmann publicó un mapa que dividía la corteza cerebral en 52 áreas según el patrón de distribución de la s neuronas (la s características de su estructura citoarquitectónica) -explica la doctora María Roca , subdirectora del Departamento de Neuropsicología del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco) y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro-.
Se dio cuenta de que había muchas áreas que tenían una composición diferente y la s numeró. Después, a medida que fue avanzando, se encontraron funciones para muchas de ella s.
En particula r, la número 10 está ubicada en la parte más anterior del cerebro, en el lóbulo frontal, y genera un interés especial porque fue aumentando de tamaño a lo la rgo de la evolución y está íntimamente conectada con otras regiones fundamentales para la actividad cognitiva.
Roca, primera autora del trabajo apoyado por la Fundación Ineco , junto con sus colegas Teresa Torralva, Ezequiel Gleichgerrcht y Facundo Manes, también investigadores de Ineco y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro , y John Duncan, de la Unidad de Cognición y Neurociencias de la Universidad de Cambridge, seleccionaron a 14 pacientes con daño en el área 10 y en otras regiones del cerebro, y los compararon con controles normales.
"Si bien había indicios de que esta área podía estar vincula da con la s funciones mencionadas, no muchas surgían de pacientes con lesiones cerebrales -cuenta Roca-. De modo que para someter a prueba estas hipótesis los sujetos realizaron dos pruebas que indican el déficit en esas capacidades."
En el primero, los científicos les leyeron 20 historias, en 10 de la s cuales alguien "metía la pata" o decía algo inapropiado. En el segundo, se les pidió a los sujetos que realizaran cinco tareas simultáneas, mientras respetaban una meta de orden superior y otras de menor importancia.
Los pacientes con lesiones en el área 10 presentaron dificultades para detectar la s historias en la s que alguien había metido la pata o dicho algo inapropiado, y pudieron realizar menos tareas simultáneas que los controles sin patología.
"Esta es una de la s regiones más misteriosas -cuenta Roca-. Se sabe que es una de la s más importantes rela cionadas con la cognición compleja. Es una de la s primeras que se afecta en la demencia frontotemporal. Algo hay ahí de lo que nos hace humanos; aunque no está cla ro cuál es su rol. El problema es que la s neuroimágenes funcionales pueden mostrar si un área se activa, pero no nos dicen por qué. Hay que tener la región desactivada para que aparezca el déficit. Entonces, lo que hicimos fue cruzar la s neuroimágenes con los resultados conductuales."
Así, pudieron mostrar que cuando hay lesiones en el área 10 aparecen pérdidas en teoría de la mente (detectar situaciones sociales inapropiadas) y en el multitasking.
No así cuando hay daño en otras regiones. "Mostramos no sólo que se usa, sino que es crítica para esas funciones", dice Roca.
Según la especialista, estas pérdidas tienen un gran impacto en la vida de los pacientes y de sus familiares. "Dado que los desajustes son sutiles y que son personas que tienen una performance normal en muchas otras tareas (como leer o hacer operaciones matemáticas), muchas veces se atribuyen sus comportamientos a problemas motivacionales, y quienes los rodean piensan que no hacen ciertas cosas porque no les importan. Entender qué es lo que realmente sucede es un alivio para la familia", dice Roca.
Por su parte, el doctor Julián Bustin, especializado en gerontopsiquiatría, que no participó en la investigación, opina que este nuevo avance ayuda a conocer en detalle cuáles son la s funciones y el rol de cada área específica del cerebro.
"Tenemos que saber que muchos comportamientos pueden estar rela cionados con daños en regiones puntuales y encontrar formas de rehabilitarlos", dice.
Bustin también considera que no se puede descartar que, además de un tumor o un accidente cerebrovascula r, como se probó en este estudio, procesos patológicos vincula dos con la neurodegeneración, por ejemplo, tengan efectos simila res en la cognición.
Fuente: El Universal
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