Que puedan albergar vida no significa, de hecho, que tengan vida. El estudio, conducido por el investigador de Berkeley Erik Petigura, ha analizado los datos del telescopio Kepler para encontrar las alteraciones en el brillo de las estrellas que producen los planetas al pasar por delante de ellas. Y el resultado, según Petigura, es que si hay aproximadamente 100.000 millones de estrellas en la Vía Láctea, unos 20.000 millones de planetas girando en torno a ellas serían similares a la Tierra en tamaño.
Este método no siempre produce mediciones correctas, y no sirve para detectar planetas cuya órbita no esté en al ángulo correcto como para ser detectada por Kepler. No obstante, Petigura y su equipo calcula que el 22% de las estrellas similares al sol tienen planetas que están en la franja conocida como zona habitable, que es aquella en la que la radiación solar permitiría la existencia de agua líquida, y unas temperaturas parecidas a las de nuestro planeta. Además, se calcula que la masa del planeta no debería ser el doble de la de la Tierra para asumir que su superficie es rocosa, no gaseosa.
Los datos que la sonda Kepler ha ido recabando durante su servicio son tantos que aún pasarán décadas antes de que los científicos puedan analizarlos por completo. Si las estimaciones de este nuevo estudio son correctas, el planeta habitable más cercano podría estar tan cerca (en términos astronómicos) como a doce años luz de La Tierra. [Space] Gizmodo
Fotos: Erik A. Petigura
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