A los 95 años de edad, don Greco se casó con Ana, de 25 años. Debido a que su marido es tan viejo, Ana decide que después de su boda, ella y don Greco deben tener dormitorios separados.
Después de las festividades de la boda, Ana se prepara para la cama y se escuchan golpes en la puerta, y al abrir está, don Greco con sus 95 años... ¡listo para la acción!
.
Concluido el acto don Greco le da un beso de buenas noches y vuelve a su dormitorio. Después de algunos minutos, Ana oye otros golpes en la puerta del dormitorio y es don Greco... ¡listo para la segunda vuelta! Sorprendida, Ana acepta.
Al final don Greco le da un cariñoso beso de buenas noches y se va.
Más tarde, don Greco está otra vez tocando la puerta, y tan fresco como un muchacho de 25 años... ¡listo una vez más! Y así sucede dos veces más, don Greco regresa con Ana y después de la acción, le da un beso de buenas noches a su esposa y regresa a su cuarto. Después de una hora, ¡regresa don Greco por sexta vez y como si nada!.
Termina y le da un beso de buenas noches a Ana; en esta ocasión Ana lo detiene y le pide que se no se vaya; esta sorprendida y le dice a don Greco:
- Me impresiona que a tu edad puedas repetir esto tantas veces Greco, ¡en verdad eres un gran amante! He estado con hombres con un tercio de tu edad y son totalmente
incapaces de seguirte el paso.
Don Greco, voltea desconcertado, le pregunta a Ana:
- ¡¿Cómo...?! ¿¿ya había venido antes??
Moraleja: El Alzheimer tiene sus ventajas
sábado, 21 de febrero de 2009
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