El estudio sobre 128 especies de mamíferos, incluyendo al Ser Humano, muestra que el crecimiento del cerebro en los bebés está determinado por la duración del embarazo y la de la lactancia.
La conclusión a la que se ha llegado en esta investigación es que cuanto más largas sean la gestación y la lactancia en los mamíferos, incluyendo al Ser Humano, más crecerá el cerebro del bebé.
El equipo del antropólogo Robert Barton, de la Universidad de Durham, en el Reino Unido, está convencido de que el hallazgo refuerza la idea de que la lactancia materna es la mejor para el desarrollo del cerebro, y respalda también la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de procurar alimentar al bebé exclusivamente con leche materna hasta los seis meses de edad, y luego alimentarle con leche materna complementada con alimentos sólidos hasta los dos años de edad o un poco más.
Los resultados del estudio explican por qué la evolución hizo que tras una gestación ya de por sí bastante larga, el periodo en el que las madres pueden ser capaces de amamantar a sus retoños dure hasta los tres años después del nacimiento de estos. Este largo periodo de dependencia del retoño hacia su madre fue la clave para permitir el desarrollo de los grandes cerebros de los primeros Homo sapiens.
En comparación, en especies como el gamo, con un peso corporal similar al humano, el periodo del embarazo es de sólo siete meses, el de lactancia de hasta seis meses, y su cerebro sólo alcanza los 220 centímetros cúbicos, o sea que es unas seis veces más pequeño que el cerebro humano moderno típico.
jueves, 5 de mayo de 2011
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