"Con los resultados alcanzados se puede presagiar su relevancia para enfermedades de la retina, por ejemplo el glaucoma, y también para enfermedades del cerebro como la epilepsia”, afirmó Daniel Calvo, del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (INGEBI) del CONICET.
La investigación publicada en la revista científica Journal of Neuroscience se realizó en el INGEBI y fue dirigida por Calvo, con un equipo integrado por la becaria Cecilia Calero; los doctores Henrique von Gersdorff y Evan Vickers, de la estadounidense Oregon Health Science Universit; y Luis Aguayo y Gustavo Moraga-Cid, de la chilena Universidad de Concepción.
"Es un descubrimiento reciente y el laboratorio sigue trabajando en este tema, entonces el impacto final lo sabremos dentro de unos años", estimó el investigador.
Si bien el estudio de la vitamina C o ácido ascórbico es antiguo, es en cambio reciente el análisis que se hizo sobre la importancia que la sustancia tiene en el cerebro, sostuvo el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).
Las investigaciones se enfocaban en las acciones antioxidantes sobre distintos órganos, ya que se pensaba que la vitamina C influía en el sistema inmune y era eliminada por los riñones.
Posteriormente, se comprobó que el cerebro acumula grandes cantidades de ácido ascórbico, pero se desconocía el rol que esta vitamina tenía en las neuronas y en la neurotransmisión, aunque era conocido que en la retina, la vitamina C protege la córnea de la radiación ultravioleta y evita los daños que ocurren por los compuestos oxidantes en la transmisión de la luz.
“Pero no se sabía que el ácido ascórbico también podía participar en la manera en que las neuronas pueden computar sus inhibiciones o sus excitaciones, es decir, en cómo se produce la neurotransmisión en la retina, y que el ácido ascórbico tuviera un papel en ese tipo de proceso fisiológico", dijo Calvo.
Los neurotransmisores son sustancias químicas que se encargan de transmitir las señales desde una neurona hasta la siguiente a través de las sinapsis; asimismo, se hallan en la terminal axónica de las neuronas motoras, donde estimulan las fibras musculares para contraerlas.
El neurotransmisor inhibitorio (que cuando encuentra su camino a sus receptores, bloquea la tendencia de esa neurona a disparar) más importante de la retina y del cerebro es el aminoácido gama amino butírico (GABA).
Los investigadores descubrieron que la vitamina C es necesaria para que el aminoácido GABA actúe de manera normal en la retina.
El hallazgo adquiere importancia respecto a la fisiología de la retina pero también del cerebro, ya que el sistema nervioso central es el encargado de recibir y procesar las sensaciones recogidas por los diferentes sentidos, y transmitir órdenes de respuesta a distintos efectores encargados de ejecutarlas.
Para el experimento se combinaron técnicas de biología molecular y de electrofisiología.
Por ingeniería genética se obtuvieron receptores que se ubicaron dentro de unas células que son ovocitos de rana, de tamaño enorme para que expresen grandes cantidades de receptor.
El ensayo se hizo en modelos experimentales que son equivalentes a la retina humana y están validados para lo que es la transmisión sináptica en todos los vertebrados. Télam
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