El último cumpleaños de la Revolución de Mayo antes de sus primeros 200 años, el Bicentenario ha comenzado a correr día a día en nuestra patria.Ubiquémonos en tiempo y espacio 21 horas del 24 de mayo, Gran Cine Ituzaingó, colmado de vecinos, participando de una verdadera celebración.
Esa magnífica velada contó con la presencia del Intendente Alberto Descalzo y su esposa Marta Pérez, la Directora Provincial de Políticas Culturales, Amalia Goicochea, el Presidente del Honorable Concejo Deliberante Marcelo Nadal, el Secretario General de la comuna, Carlos De Angelis, el Secretario de Gobierno, Alfredo Almeida, el Secretario de Infraestructura Pablo Piana, el Subsecretario de Promoción Social y Políticas Culturales, Ricardo Castro, concejales y demás autoridades municipales.
El ambiente era grato, placentero, el verdadero ánimo festivo que coronó la magna fecha.
El ámbito absolutamente espectacular, el Gran Cine Ituzaingó luce como en sus mejores tiempos, alegra el verlo tan entero, listo para acogernos en su enorme espacio, tan lleno de recuerdos e historias, tan simbólicamente a nuestro servicio.
Es bueno entrar en él, rápidamente sentimos la presencia del disfrute..
Y eso fue lo que sucedió en esa magnífica noche.
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Arrancó en breve pero intenso introito, esos magníficos exponentes del folklore indo americano que conforman INTI SUMAJ, fieles intérpretes de la cultura nativa, que siguen asombrándonos con su creatividad tan absolutamente reveladora de nuestro acervo.
Isabel Pomar, Fernando García y los hermanos Felipe, Pablo y Fabián Vario componen este verdadero ícono de nuestra cultura autóctona.
Y luego ingresó él, con esa presencia que imanta los espíritus, con ese caudal increíble de una voz que para estar hechas para el canto de los ángeles.
Y allí también estaba ese pueblo fervoroso, animado, gozoso y participativo, con sus palmas, sus silencios, sus vivas, alegría.
Nos alegramos de haber estado por partida doble. Disfrutamos de dos espectáculos simultáneos y excelentes, los artistas y su público.
La actitud de comunicación establecida por Jairo, la intimidad en algunos prístinos espacio de temblores y homenajes, hicieron vibrar a una platea que apreció en su integralidad su fortaleza interpretativa, la autenticidad de su canto, la elocuencia de su amor por lo propio.
Como si todo esto fuera poco, llegaron las “12”, y allí en la conjunción orgullosa de lo nativo, de lo de uno, cantamos pueblo y artista el himno.
Vaya, si nos fuimos contentos, el alma agradecida, el espíritu fortalecido, y por supuesto la confianza, que habrá más de lo tan bueno, y será por aquí en los pagos de Ituzaingó.
Vaya, si nos fuimos contentos, el alma agradecida, el espíritu fortalecido, y por supuesto la confianza, que habrá más de lo tan bueno, y será por aquí en los pagos de Ituzaingó.
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