Kipling D. Williams (Foto: Purdue University/Mark Simons) |
Tal como lo advierte el psicólogo Kipling D. Williams, de la Universidad Purdue, ser excluido o marginado es un modo disimulado de acoso o bullying, que no deja moratones, y cuyo impacto, por tanto, a menudo se subestima.
El proceso de ser marginado tiene tres etapas: experimentar los actos iniciales de ser ignorado o excluido, esforzarse por ser aceptado, y resignarse a la exclusión.
Ser excluido por compañeros de escuela, del trabajo, o incluso por la propia familia puede resultar muy penoso. Y como el proceso de ser marginado se experimenta en tres etapas, esos sentimientos dolorosos pueden durar mucho tiempo.
Es necesario que los psicólogos y la gente en general sean conscientes de ello para que puedan evitar la depresión u otras experiencias negativas.
Los tratamientos requerirán entonces de extrema prudencia y gran comprensión para no validar el problema pero al mismo ignorarlo en todos sus aspectos de daño.
Más de 5.000 personas participaron en experimentos en los que se usó un videojuego diseñado por Williams, y en los que se ha demostrado cómo apenas dos o tres minutos experimentando la sensación de ser marginado por los demás pueden producir sentimientos negativos prolongados.
Específicamente, en esta investigación se ha comprobado que cuando una persona es marginada, la corteza cingulada anterior dorsal del cerebro, que registra el dolor físico, también registra este dolor social.
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