Oscar Abilez. (Foto: Stanford U.) |
(NCYT) En un laboratorio de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, el equipo del Dr. Oscar Abilez ha conseguido por primera vez diseñar células humanas del corazón que se contraen al ritmo de la luz usando una tecnología conocida como optogenética.
Estas células son cardiomiocitos. Están programadas para contraerse y dilatarse una y otra vez. Latirán de este modo hasta que mueran.
En el laboratorio, las células de esta clase experimentan pulsaciones rítmicas a razón de una por segundo. Sin embargo, se puede reajustar su ritmo de pulsación mediante la proyección de luz azul, que se acciona con un interruptor.
La demostración sobre esto último hecha por el Dr. Abilez resulta clara hasta para los profanos en la materia: Las células cardiacas se contraen siguiendo el ritmo, primero lento y después rápido, con el que Abilez acciona el interruptor, encendiendo y apagando una luz de color azul pálido que, bajo el microscopio, baña la placa de Petri que contiene las células. Cada vez que se enciende esa luz, las células se contraen.
La demostración sobre esto último hecha por el Dr. Abilez resulta clara hasta para los profanos en la materia: Las células cardiacas se contraen siguiendo el ritmo, primero lento y después rápido, con el que Abilez acciona el interruptor, encendiendo y apagando una luz de color azul pálido que, bajo el microscopio, baña la placa de Petri que contiene las células. Cada vez que se enciende esa luz, las células se contraen.
A corto plazo, este avance proporcionará nuevos y reveladores datos sobre el funcionamiento del corazón.
A largo plazo, podría conducir al desarrollo de novedosos marcapasos basados en luz y tejidos genéticamente compatibles que reemplacen al tejido muscular dañado por un infarto.
A largo plazo, podría conducir al desarrollo de novedosos marcapasos basados en luz y tejidos genéticamente compatibles que reemplacen al tejido muscular dañado por un infarto.
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