La neuroestimulación es más efectiva en niños, que normalmente son más impulsivos e hiperactivos, que en niñas con TDAH, ya que suelen tener más síntomas de inatención, tal y como apuntan los expertos de innea, centro para el diagnóstico y tratamiento de Trastornos de Aprendizaje (TA), en España. Con esta técnica, que aplica impulsos eléctricos de baja intensidad no invasivos en las zonas afectadas por el trastorno, se puede reducir la impulsividad, presente en el 80% de los niños varones con TDAH, y, por tanto, mejorar la capacidad de autocontrol de los que padecen este trastorno.
“En Innea apostamos por la neuroestimulación porque, al ser una terapia principalmente pasiva en la que el paciente no debe llevar a cabo ninguna actividad concreta, nos permite establecer mayor relación con el niño. Gracias a ello, mientras esta técnica trabaja, abordamos necesidades concretas como el control de impulsos o las habilidades sociales, fomentando la concentración y la motivación del paciente”, comenta Elsa Martín, psicóloga del centro.
Mediante la neuroestimulación se busca mejorar las habilidades cognitivas afectadas por el trastorno. Los niños impulsivos tienen una dificultad en el control motor y, en consecuencia, en el control de las habilidades como la concentración y la atención. Acostumbran a ser niños con un bajo sentido del riesgo por lo que no son capaces de reflexionar sobre las consecuencias que tendrán sus actos. Ello comporta que no piensen antes de actuar, que les cueste relacionar aprendizajes o vivencias pasadas con situaciones similares, y que en definitiva, no consigan aprender de sus errores.
A través de un diagnóstico basado en el mapeo cerebral en 3D, los expertos identifican las disfunciones en la actividad eléctrica de las áreas del cerebro afectadas por el TDAH. Con esta información, nada más empezar la sesión se coloca el casco al niño y se ponen los electrodos sobre las zonas afectadas por el trastorno, enviando unos impulsos eléctricos de muy baja intensidad que el niño no nota en ningún momento. En palabras de Ana Cantín, Gerente de innea: “Podríamos decir que la potencia de la neuroestimulación es parecida a la de una pila. Por ello, igual que no notamos nada cuando colocamos un dedo en cada uno de sus extremos, el niño tampoco siente nada mientras lleva el casco”.
Cada sesión dura aproximadamente unos 20 minutos y suelen programarse 2 sesiones por semana para que no pase demasiado tiempo sin estimular las áreas afectadas. A partir de las 10 sesiones, es decir, tras un mes de tratamiento aproximadamente, los padres y maestros de estos niños ya empiezan a ver una mejoría.
Una de las claves de innea es ofrecer un tratamiento combinado de neuroestimulación, psicoterapia y psicopedagogía para aumentar la efectividad del mismo. Por ello, mientras la neuroestimulación trabaja, el paciente puede realizar ejercicios con la psicóloga, como fichas de concentración, laberintos o sopas de letras, o con la psicopedagoga, con la que aprende técnicas para preparar los exámenes y refuerza sus hábitos de estudio. Además de ejercicios, también se llevan a cabo juegos paralelos que requieran de concentración o control de la impulsividad como el ajedrez, el mikado o el memory, siempre priorizando aquellos que el niño prefiera, ya que otro de los objetivos del centro es que el paciente tenga ganas de continuar con el tratamiento. De esta forma, se aprovecha el efecto de la neuroestimulación y el niño tiene menos dificultades para seguir los ejercicios o los juegos, por lo que se siente recompensado y nota mejoras en cada sesión.
Según una reciente encuesta realizada por el centro a los padres y maestros de sus pacientes, el 90% de los niños tratados con esta técnica han reducido los conflictos en casa y el 80% ha mejorado sus notas. Tal como comentan sus padres y profesores, estos niños han mejorado la capacidad de estudio, ahora es posible razonar con ellos y se paran a escuchar lo que se les pide y, por supuesto, han aumentado su motivación por los estudios. Como consecuencia, la relación con sus padres y maestros mejora y ellos se sienten comprendidos tanto en casa como en el colegio. En definitiva, estos niños pueden llevar una vida con mayor calidad tanto a nivel personal como social y académico.
Junto con la neuroestimulación, innea ofrece en un mismo centro todas las técnicas y expertos necesarios para diagnosticar y tratar el TDAH y diversos Trastornos de Aprendizaje (TA) como la dislexia, la discalcúlia o disgrafía. El centro barcelonés cuenta con un equipo de especialistas que complementan el tratamiento basado en la neuroterapia (neuroestimulación) con sesiones de psicoterapia y psicopedagogía, acompañando al paciente y sus familiares en cada sesión.
Con todo ello, la neuroestimulación se posiciona como una técnica complementaria idónea para tratar el TDAH en varones y los primeros resultados del centro refuerzan el abordaje multidisciplinar de este trastorno. (Fuente: innea) (NCYT)
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