Está emplazado en la Rotonda "Poeta Rafael Alberti", cruce de las calles Los Baqueanos y De la Media Caña.
En presentación coronada con una interesante cantidad de vecinos, disertaron:
*El Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Morón, y concejal por Ituzaingó, Dr. Bruno Corbo.
*El creador de la obra Danilo Bambú.
*El presidente de Parque Leloir Asociación Civil Luis Spalla.
*El presidente del Concejo Deliberante de Ituzaingó Marcelo Nadal.
*Se hicieron presente: "La Coyunda" "Círculo Tradicionalista", "Círculo Gaucho" "El rodeo Moreno, "Federación Gaucha" de Buenos Aires
Compartamos entonces la descripción que Sarmiento hizo de su figura y su papel trascendental en nuestra pampa.
El baqueano es un gaucho grave y reservado, que conoce a palmos veinte mil leguas cuadradas de llanuras, bosques y montañas. Es el topógrafo más completo, es el único mapa que lleva un general para dirigir los movimientos de su campaña.
El baqueano va siempre a su lado. Modesto y reservado como una tapia, está en todos los secretos de la campaña; la suerte del ejército, el éxito de una batalla, la conquista de una provincia, todo depende de él.El baqueano es casi siempre fiel a su deber... Un baqueano encuentra una sendita que hace cruz con el camino que lleva: él sabe a qué aguada remota conduce; si encuentra mil, y esto sucede en un espacio de cien leguas, él las conoce todas, sabe de dónde vienen y a dónde van.
Él sabe el vado oculto que tiene un río más arriba o más abajo del paso ordinario, y esto en cien ríos o arroyos; él conoce en los ciénagos extensos un sendero por donde pueden ser atravesados sin inconveniente, y esto en cien ciénagos distintos.
En lo más oscuro de la noche, en medio de los bosques o en las llanuras sin límites, perdidos sus compañeros, extraviados, da una vuelta en círculo de ellos, observa los árboles; si no los hay, se desmonta, se inclina a tierra, examina algunos matorrales y se orienta de la altura en que se halla, monta en seguida y les dice para asegurarlos: "Estamos en dereceras de tal lugar, a tantas leguas de las habitaciones; el camino ha de ir al Sur"; y se dirige hacia el rumbo que señala, tranquilo, sin prisa de encontrarlo y sin responder a las objeciones que el temor o la fascinación sugiere a los otros.
Si aún no basta, o si se encuentra en la pampa y la oscuridad es impenetrable, entonces arranca pastos de varios puntos, huele la raíz y la tierra, los masca, y, después de repetir este procedimiento varias veces, se cerciora de la proximidad de algún lago, o arroyo salado, o de agua dulce, y sale en su busca para orientarse fijamente.
Si el baqueano lo es de la pampa, donde no hay caminos para atravesarla, y un pasajero le pide que lo lleve directamente a un paraje distante cincuenta leguas, el baqueano se para un momento, reconoce el horizonte, examina el suelo, clava la vista en un punto y se echa a galopar con la rectitud de una flecha, hasta que cambia por motivos que sólo él sabe, y, galopando día y noche, llega al lugar designado.
...El baqueano conoce la distancia que hay de un lugar a otro, los días y las horas necesarias para llegar a él, y a más, una senda extraviada e ignorada por donde se puede llegar de sorpresa y en la mitad del tiempo.
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