Coral estudiado. (Foto: Australian Institute for Marine Science and King's College London) |
Recientemente, como parte del proyecto de tres años financiado por el Consejo de Investigaciones en Biotecnología y Ciencias Biológicas (BBSRC), del Reino Unido, el equipo del King's College recolectó muestras de coral de la Gran Barrera Coralina para su análisis, una colaboración con Walter Dunlap del Instituto Australiano de Ciencias Marinas y Malcolm Shick de la Universidad de Maine en Estados Unidos.
El coral es un animal con una asociación simbiótica única en la naturaleza. Ciertas algas viven en el interior de los corales. El alga utiliza la fotosíntesis en la elaboración de alimento para el coral, y los productos de desecho del coral son utilizados por las algas para sustentar la fotosíntesis. Como para la fotosíntesis se necesita la luz solar, los corales deben vivir en aguas poco profundas, lo que significa que son vulnerables a las quemaduras solares.
Ya se sabía que el coral y algunas algas pueden resguardarse por sí mismas de la fuerte irradiación ultravioleta que se suele recibir bajo el sol en los climas tropicales. También se sabía que el coral y esas algas logran escudarse gracias a que elaboran sus propios protectores solares, pero, hasta ahora, no se sabía qué productos exactos eran los usados.
El equipo del Dr. Paul Long, del King's College en Londres, ha descubierto que las algas que viven dentro del coral elaboran un compuesto que, al parecer, es transportado al coral, quien a su vez lo modifica hasta convertirlo en un protector solar que beneficia a ambos organismos.
Este producto protege incluso a otros animales. Los peces que se alimentan de los corales también se benefician de dicha protección solar; la sustancia protectora pasa a la cadena alimentaria.
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