(NC&T) El equipo de John Emmert y Judith Lean, de la División de Ciencias del Espacio de dicho Laboratorio, y Michael Picone, de la Universidad George Mason, hizo el hallazgo mientras estudiaba la atmósfera superior de la Tierra, ubicada a una altitud de entre 200 y 600 kilómetros.
A pesar de que la densidad del aire a estas altitudes es aproximadamente de tan sólo una milmillonésima parte de la densidad del aire a nivel del mar, ejerce suficiente fricción sobre los objetos en órbitas bajas como para acabar provocando su reentrada.
Una consecuencia importante de este récord de baja densidad es que los satélites que se encuentran a esas altitudes, así como sus restos, pueden permanecer en órbita mucho más tiempo de lo esperado, para bien o para mal.
La densidad del aire en las alturas orbitales depende en última instancia de la temperatura de la atmósfera superior.
Una atmósfera superior más caliente tiende a expandirse de manera vertical, reduciendo su densidad.Los dos factores principales que gobiernan la temperatura de la atmósfera superior son la absorción de la radiación ultravioleta del Sol, y la presencia y actividad del dióxido de carbono.
Los investigadores creen que a este récord de baja densidad también pueden haber contribuido ciertos cambios en la composición química de la atmosférica superior
lunes, 19 de julio de 2010
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