(NC&T) Los investigadores descubrieron que los microambientes con poco oxígeno que normalmente resultan dañinos para otros tipos de células son soportados por una clase de célula madre usada como material principal para el trasplante de médula ósea.
Estas células, llamadas células madre hematopoyéticas, se encuentran en la médula y se pueden multiplicar rápidamente.
Una vez que han sido trasplantadas, acaban por formar sangre y otros tipos de células.
Su capacidad para autorrenovarse antes de que se transformen en sangre es el fundamento de su utilidad para trasplantes de médula ósea.
El equipo del Dr. Hesham Sadek buscaba averiguar cómo las célulashematopoyéticas regulan su metabolismo a pesar de su entorno hostil, y ha descubierto que expresan cierto gen de un modo que les permite funcionar sin la necesidad de oxígeno que tendrían en otras condiciones.
Entender más acerca del funcionamiento de las células madre y su capacidad para autorrenovarse podría conducir a nuevos modos de hacer que crezcan en grandes cantidades fuera del cuerpo.
Por ejemplo, las células de un donante potencial de médula ósea podrían ser incubadas y multiplicadas indefinidamente, lo cual proporcionaría células madre para ser usadas en múltiples terapias de trasplante.
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