NC&T) En la quimioterapia convencional, se realiza un tratamiento con uno o más fármacos, basándose en que estas medicinas pueden tanto "diagnosticar" como "tratar" a las células afectadas. Muchos de los efectos secundarios experimentados por los pacientes de la quimioterapia son consecuencia de que los fármacos utilizados no son lo bastante selectivos. Por ejemplo, tomar un medicamento que destruye células tumorales por ser éstas de rápido crecimiento, con frecuencia provoca la caída del cabello, porque las células del folículo piloso están entre las de mayor crecimiento en el cuerpo.
Otra cosa muy distinta sería disponer de tratamientos para el cáncer que trabajaran más como un programa de ordenador, el cual puede realizar acciones basándose en instrucciones condicionales. En tal caso, un tratamiento eliminaría una célula siempre y cuando ésta exhibiera una mutación. Sólo las células con defectos serían destruidas. Esto eliminaría casi todos los efectos secundarios no deseados.El equipo de Niles Pierce en el Instituto Tecnológico de California ha creado pequeñas moléculas de ARN que actúan de manera condicional, lo que puede permitirlas alcanzar ese objetivo de la destrucción altamente selectiva de células.
La estrategia puesta a punto por este grupo de investigación se vale de características presentes en nuestro ADN, y también en nuestro ARN, para separar las fases de diagnóstico y tratamiento.
Las moléculas son capaces de detectar una mutación en una célula cancerosa. Cuando la detectan, pasan entonces a activar una respuesta terapéutica en esa célula, permaneciendo inactivas en células que no tienen la mutación del cáncer.
En sus experimentos, los investigadores han demostrado que este método elimina con eficacia las células de cánceres humanos de cerebro, próstata y hueso, es decir que actúa sólo sobre las células que han sufrido la mutación, no sobre células sanas.
Los experimentos futuros determinarán si el tratamiento es efectivo a una escala mayor.
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