La innovación tecnológica consiste en equipar a las prótesis con sensores que permiten identificar cualquier energía calorífica en una señal que de aviso de alerta al usuario a fin de evitar el daño tanto a él como al aparato.
Uno de los problemas de las prótesis es que al no tener sensibilidad, se dañan cuando son expuestas a objetos que emiten altas temperaturas y como consecuencia llegan a quemar al usuario. Para evitarlo, el grupo Protesa se dio a la tarea de colocarles sensores que alertan cuando existe un exceso de calor.
Otra innovación en las prótesis fabricadas por esta empresa es que en su mayoría son de material reciclable PET, lo que hace más liviana la extremidad, pero con la capacidad de levantar ocho kilogramos, comentó Carlos Roque Pérez, líder del proyecto y estudiante de Ingeniería en Mecatrónica en la Universidad Tecnológica de México (UNITEC).
Roque Pérez alumno del campus Atizapán, comentó que la innovación tecnológica consiste en equipar a las prótesis con sensores que permiten identificar cualquier energía calorífica en una señal que de aviso de alerta al usuario a fin de evitar el daño tanto a él como al aparato.
“La temperatura esta calibrada a la del cuerpo humano, a 35 grados centígrados, a fin de evitar una quemadura en el muñón, si se excede esa cantidad. Los sensores distribuidos en la mano, muñón y brazo de la prótesis están conectados a un dispositivo, el cual se comunica por medio de vibraciones”, agregó.
Cuando la prótesis recibe calor, se transforma de energía térmica en eléctrica y hace funcionar el motor de vibración localizado en el muñón, al suceder esto, la mano se cierra automáticamente, como un acto reflejo de protección a fin de prevenir la quemadura.
El líder de Protesa especificó que los sensores actuales miden 30 milímetros, y son necesarios colocar 15 en la mano, y otros 25 a lo largo del brazo para darle una sensibilidad total a la prótesis. Además, calculó que el precio de las prótesis va desde los 34.000 pesos con mano y muñeca hasta los 40 mil con la extremidad completa.
Por ahora, comentó Roque Pérez, existen cuatro prototipos, los cuales se han sometido a pruebas de calidad, donde con ayuda de un brazalete especial colocado en el brazo se evalúo la movilidad y sensibilidad de las prótesis. Además, cuanto se realicen las pruebas con personas se buscará la certificación por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para comercializarlas.
El objetivo de Protesa es fabricar prótesis económicas que sean accesibles para personas con bajos recursos y de ese modo puedan recuperar su actividad cotidiana, a como era antes de la pérdida de la extremidad.
De acuerdo con cifras arrojadas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se indica que cada vez son más los pacientes que necesitan una prótesis, sin embargo, éstas resultan costosas por lo que se dificulta su adquisición.
Otro campo de mercado que ha visualizado Roque Pérez es acudir a centros de venta de órtesis o instituciones médicas, donde luego de la evaluación de un doctor se determine si las prótesis son adecuadas para el paciente.
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