Activistas por los derechos humanos y grupos religiosos de California presionan al Gobierno federal para que ponga fin a la pena de muerte, informa hoy el diario La Opinión.
Los promotores de la iniciativa piden que la pena capital sea sustituida por cadena perpetua contra 700 personas que esperan para ser ejecutadas.
El 11 de enero pasado el Senado de Illinois abolió la sentencia de muerte, en esencia por el alto costo de los pabellones de encarcelamiento frente a un déficit económico superior a los 15 mil millones de dólares.
Por iguales circunstancias financieras transita el Estado de California, razón por la que los activistas de derechos humanos aprovecharon la coyuntura para hacer la propuesta.
El corredor de la muerte cuesta a los contribuyentes californianos 11 millones de dólares por año, y llega a 137 millones cuando incorpora los costos por procesos legales de apelación y juicios a los sentenciados.
Antes abolieron la condena máxima Nuevo México (2009), Nueva Jersey (2007) y Nueva York, por decisión judicial, no activa la ejecución de los sentenciados desde 2004.
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Los opositores a la alta condena están optimistas ante la decisión de retrasar la construcción del nuevo complejo de la muerte en la prisión estatal de San Quintín, valorada en 356 millones dólares.
Hoy en Estados Unidos más de tres mil 200 personas esperan en el corredor de la muerte.
También por razones económicas la pena de muerte fue condenada por parte de la farmacéutica Hospira, única empresa encargada de suministrar las sustancias para las inyecciones letales.
Estados Unidos pidió auxilio a Italia y Gran Bretaña para cubrir el déficit de la mortal sustancia, pero esos países se opusieron, si la misma iba a ser utilizada en sentenciados a muerte.
Hoy en Estados Unidos más de tres mil 200 personas esperan en el corredor de la muerte.
También por razones económicas la pena de muerte fue condenada por parte de la farmacéutica Hospira, única empresa encargada de suministrar las sustancias para las inyecciones letales.
Estados Unidos pidió auxilio a Italia y Gran Bretaña para cubrir el déficit de la mortal sustancia, pero esos países se opusieron, si la misma iba a ser utilizada en sentenciados a muerte.
Pero hay más barbarie
Sin embargo, Oklahoma ejecutó en diciembre pasado a condenado a muerte con sedante para animales.
La falta de acceso a los medicamentos empleados para ejecutar a los prisioneros por inyección letal llevó a las autoridades del estado norteamericano a poner fin a la vida de John David Duty con pentobarbital.
Fuente ARGENPRESS y otras
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