Células normales y cancerosas. (Foto: Vivek Nandakumar, Center for Biosignatures Discovery Automation, ç Biodesign Institute, Arizona State University |
.
Davies y Charles Lineweaver de la Universidad Nacional de Australia se basan en su bagaje en la astrobiología para explicar por qué las células cancerosas despliegan una gama tan amplia de trucos ingeniosos para evitar ser destruidas, y por qué lo hacen de una manera tan coherente y organizada.
Ellos creen que esto se debe a que el cáncer recurre a vías genéticas arcaicas pero eficientes, que prestaron buenos servicios hace mil millones de años, cuando conjuntos separados de células comenzaron a cooperar para sobrevivir, en una estrategia que desembocó en el desarrollo de la vida multicelular.
.
Esos mecanismos primitivos se quedaron obsoletos ante el surgimiento de las células modernas y de la diferenciación de órganos en los organismos multicelulares como por ejemplo el Ser Humano.
Pero, según Davies y Lineweaver, los genes responsables de esos antiguos mecanismos de supervivencia celular, todavía están disponibles, a modo de caja de herramientas eficientes abandonada en un trastero. A esos mecanismos arcaicos normalmente se les mantiene bloqueados, bajo el control estricto de la maquinaria constituida por los genes posteriores, utilizados para un diseño más sofisticado de los seres vivos. Sin embargo, si algo hace poner en marcha a esa vieja maquinaria, los genes antiguos despliegan sistemáticamente las estrategias de combate que hacen del cáncer una forma resistente de vida y un adversario formidable para la ciencia médica.
Si Davies y Lineweaver están en lo cierto, entonces los genomas de los organismos multicelulares más simples albergan pistas importantes sobre cómo el cáncer elude el control por parte del cuerpo y desarrolla resistencia a la quimioterapia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario