A partir de material de descarte de los tratamientos de lipoaspiración, se habría logrado convertir células de grasa en neuronas. Una verdadera promesa para la medicina regenerativa.
(Urgente24).- Para hacer realidad las promesas de la medicina regenerativa, que propone "cultivar" piezas de recambio para las que hayan fallado en el organismo, el primer paso es contar con una fuente generosa de células madre (capaces de convertirse en diferentes tejidos).
Alejandra Cardozo y Pablo Argibay, del Instituto de Ciencias Básicas y Medicina Experimental del Hospital Italiano, y Marcelo Ielpi y Daniel Gómez, de la Universidad de Quilmes, todos ellos investigadores del Conicet, creen que pueden haberla encontrado nada menos que en uno de los sitios más accesibles del cuerpo humano: el tejido adiposo.
A partir de material de descarte de los tratamientos de lipoaspiración, Cardozo habría logrado convertir células de grasa en neuronas, según afirman los científicos en un trabajo que se publica en Gene Expression.
"Alejandra ya había trabajado tejido graso, de modo que decidimos aprovechar lo que desechan los cirujanos estéticos para tratar de ver si podíamos obtener algo morfológicamente parecido a una neurona partiendo de una célula madre de tejido adiposo", explica Argibay según 'La Nación'.
Según el investigador, ya existen trabajos que muestran que las células mesenquimales (del tejido conectivo, no los adipocitos) de la grasa tienen mucha potencialidad; es decir, son capaces de diferenciarse en varios linajes celulares, tanto o más que las células de médula ósea.
"Podemos aislarlas con marcadores de superficie, caracterizarlas y ver si pueden diferenciarse -agrega Cardozo-. Pero, además, tenemos la ventaja de que hay una gran cantidad, alrededor de un millón por gramo de tejido. Entonces las sometemos a la acción de distintos agentes específicos para que se orienten hacia el linaje neural."
Como parte de su trabajo de doctorado, Cardozo, egresada de la Universidad de Misiones, comenzó intentando transformarlas y lo comprobó a partir de diferentes coloraciones.
"Hay que replicarlas varias veces y luego se las diferencia. Inducimos diferentes cambios epigenéticos para que el cromosoma exponga -o no- ciertos genes y además les proporcionamos factores de crecimiento que las van llevando hacia el sistema nervioso -dice Argibay-. Entonces, de alguna manera la célula bloquea su diferenciación hacia un adipocito y recibe estímulos para no ser más una célula mesenquimal de grasa y ser una neurona."
Luego, los científicos iniciaron la segunda etapa del trabajo: intentaron demostrar que las células no sólo "lucían" como neuronas, sino que funcionaban como tales.
"Cuando se despolariza una célula nerviosa, capta un colorante específico y lo mantiene dentro de las vesículas sinápticas -explica Argibay-. Nosotros les pusimos potasio a nuestras células para despolarizarlas y pudimos mostrar que no sólo tenían la morfología, sino que eran capaces de captar en vesículas sinápticas de la misma manera en que lo hacen las neuronas. Además vimos proteínas típicamente neuronales, como la tau, responsable del Alzheimer y de iniciar el crecimiento del cono axonal. Es decir que se expresaban de forma similar a una neurona desde el punto de vista genético."
La idea es singularmente atractiva, entre otras cosas, porque si estos resultados se confirmaran, los pacientes podrían cultivar su propio banco de células madre. Sin embargo, hay investigadores que todavía no están muy convencidos de la funcionalidad de las células obtenidas.
El doctor Osvaldo Uchitel, que no participó del trabajo y es investigador del Laboratorio de Fisiología y Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, se rehúsa a creer que las nuevas células sean neuronas funcionales, porque a su juicio no generan actividad eléctrica. "Es importante demostrar esto", afirma.
jueves, 11 de febrero de 2010
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