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“Se estarían irrespetando las decisiones de Unasur y de la OEA, dijo el presidente Luiz Inácio “Lula” Da Silva, quien asumió de manera firme como “una decisión unilateral” el no asistir al encuentro diplomático en Madrid, si España persiste en recibir a Porfirio Lobo en una instancia internacional, “como si nada hubiese pasado”.
Tras la intervención de Lula, siguieron posiciones de Uruguay, Bolivia y Venezuela, cuyos presidentes dejaron bien sentada la decisión de no asistir a la reunión, a menos que se retire la invitación a Honduras, cuyo gobierno fue desconocido por la Unasur, la OEA y gobiernos de todo el mundo, luego del golpe de Estado que sacó por la fuerza al presidente legítimo de ese país, Manuel Zelaya, el 28 de junio de 2009.
Otros mandatarios, entre los que se encuentra Argentina, propusieron mediar con la cancillería de España, para exigir garantías plenas al presidente Manuel Zelaya y hacer cumplir los Acuerdos de San José, pero puso también de manifiesto la intención de ayudar a regularizar “cuanto antes” la situación de Honduras.
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La moción fue seguida por Chile, y más tarde apoyada por Colombia y Perú, estos dos últimos únicos países latinoamericanos que han reconocido al gobierno de Lobo, surgido de elecciones que la comunidad latinoamericana consideró ilegítimas, por haberse realizado bajo el mandato de un gobierno de facto.
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La moción fue seguida por Chile, y más tarde apoyada por Colombia y Perú, estos dos últimos únicos países latinoamericanos que han reconocido al gobierno de Lobo, surgido de elecciones que la comunidad latinoamericana consideró ilegítimas, por haberse realizado bajo el mandato de un gobierno de facto.
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Pero el uruguayo Pepe Mujica, quien asiste por primera vez a la Unasur, puso el punto de la discusión sobre este tema. “No importa el tiempo que nos tome, lo importante es que quede bien sentado que lo que pasó en Honduras no debe pasar como algo cotidiano”. “No estamos pidiendo mucho – dijo – solo la tolerancia mínima, que se le permita a Zelaya regresar a su país con plenos derechos”.
Perú y Colombia, convalidaron su reconocimiento unilateral a Porfirio Lobo y su gobierno, al manifestar que les resulta difícil desconocer el proceso electoral, al cual le confieren legitimidad plena, y el canciller colombiano, Jaime Bermúdez, asombró a los asistentes cuando expresó no tener conocimiento de los seis periodistas asesinados en Honduras desde el golpe de Estado.
Perú y Colombia, convalidaron su reconocimiento unilateral a Porfirio Lobo y su gobierno, al manifestar que les resulta difícil desconocer el proceso electoral, al cual le confieren legitimidad plena, y el canciller colombiano, Jaime Bermúdez, asombró a los asistentes cuando expresó no tener conocimiento de los seis periodistas asesinados en Honduras desde el golpe de Estado.
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El ministro peruano, García Belaúnde, refirió que en su país los gobiernos dictatoriales del siglo pasado habían concluido con procesos electorales organizados por esas dictaduras cuando no soportaron más la presión social. .
“Lo que no queremos es volver a esos tiempos, cuando los de la derecha se sentían con derecho de tumbar gobiernos de izquierda”, intervino el presidente venezolano Hugo Chávez, para cerrar el debate. Una vez más, pidió no ideologizar el tema de Honduras y exigió hacer respetar los principios democráticos del bloque. “Es que no podemos vivirlo más nunca”, dijo el mandatario, al sumarse a los planteamientos formulados por Pepe Mujica, “no importa el tiempo que nos tome”.
La discusión cerró con un acuerdo verbal, que propone consultar a España si se mantiene o no la invitación a Porfirio Lobo. “Si Lobo está, no vamos”, se escuchó fuera de micrófono una voz presidencial.
“Lo que no queremos es volver a esos tiempos, cuando los de la derecha se sentían con derecho de tumbar gobiernos de izquierda”, intervino el presidente venezolano Hugo Chávez, para cerrar el debate. Una vez más, pidió no ideologizar el tema de Honduras y exigió hacer respetar los principios democráticos del bloque. “Es que no podemos vivirlo más nunca”, dijo el mandatario, al sumarse a los planteamientos formulados por Pepe Mujica, “no importa el tiempo que nos tome”.
La discusión cerró con un acuerdo verbal, que propone consultar a España si se mantiene o no la invitación a Porfirio Lobo. “Si Lobo está, no vamos”, se escuchó fuera de micrófono una voz presidencial.
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