Una investigación de la Universidad Politécnica de Madrid ha determinado que la exposición al ruido puede producir alteraciones cardiacas, sin que los sujetos aprecien síntomas de enfermedad, según ha informado este lunes la universidad.
El grupo de investigación I2A2 ha realizado el estudio sobre el caso de la aviación militar, tanto para el personal de cabina como para el de mantenimiento de tierra.
Los resultados del estudio ha mostrado que la emisión sonora de baja frecuencia en niveles superiores a 100 decibelios, en ambientes aeromilitares, causa efectos no auditivos que, al incidir como presión en el cuerpo, pueden producir alteraciones en el corazón sin que los sujetos lleguen a apreciar ningún síntoma.
Además, la exposición a estas emisiones provoca modificaciones en el comportamiento que repercuten en las alteraciones cardiacasLos análisis del ruido realizados han expuesto, que en todas las fases operativas de las diversas aeronaves militares, la dosis de ruido a la que están expuestos los sujetos supera el 100 por cien del valor límite umbral permisible.Así, se genera energía de bajas frecuencias comprendidas entre 16 y 250 Hz, con valores que sobrepasan los 100 decibelios, y la fase que emite mayor nivel de presión sonora es durante el despegue, en la cabecera de la pista.
Los valores pico se registraron en 121 decibelios, en operaciones en tierra, superando los 135 durante el despegue de los aviones caza tipo VF5 y F16. El nivel equivalente para una jornada de trabajo de 6 horas es superior a los 85 decibelios, como valor criterio de exposición laboral.En la realización de la investigación, se han analizado parámetros cardiacos y parámetros psicoacústicos de trabajadores de la aviación militar, examinándose un amplio número de indicadores en cada caso.
Los resultados electrocardiográficos de estos sujetos han presentado un amplio margen de variabilidad fuera de los rangos normales, que pueden ser predictores de graves alteraciones cardiacas en el tiempo.Igualmente, los parámetros psicoacústicos ha puesto en evidencia que la contribución al desgaste cardiaco puede explicarse por el efecto que causa la exposición a las bajas frecuencias del sonido audible con altos valores de energía, que perturban el descanso y aumentan los estados de fatiga.
Asimismo, la irritabilidad, la molestia y los estados de somnolencia generados en el ambiente aeroportuario pueden estar asociados a estas mismas frecuencias de ruido.En los aspectos cognitivos de la atención y la memoria, parece no haber alteraciones que se hayan manifestado durante la realización de los trabajos, ya sea en labores de mantenimiento o durante maniobras de aviación.
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