(U24). “La tuberculosis (TBC) tiene cura, en especial si su detección es temprana y el tratamiento es adecuado”, señaló Marina Kosakof, subsecretaria de Prevención y Control de Riesgo del Ministerio de Salud de la Nación.
La tuberculosis es una infección bacteriana contagiosa que compromete principalmente los pulmones, pero puede propagarse a otros órganos.
La tuberculosis es causada por la bacteria llamada Mycobacterium tuberculosis y se puede adquirir por la inhalación de gotitas de saliva provenientes de la tos o el estornudo de una persona infectada. Esto se denomina tuberculosis primaria.
La infección puede permanecer dormida o inactiva (latente) por años; sin embargo, en algunas personas se puede reactivar.
Kosakof recordó que “es muy importante cumplir con la aplicación de la vacuna BCG al nacer, como única dosis en la vida, para evitar la aparición de formas graves como meningitis por TBC”.
En 2010, la Argentina registró cerca de 10.400 casos de TBC -9.400 fueron nuevos-, una tasa de 23,2 casos cada 100.000 habitantes, informó la cartera sanitaria nacional.
Raúl Álvarez, coordinador del Programa Nacional de Control de la Tuberculosis, reconoció que hablar de TBC "es difícil, ya que en la sociedad no se la percibe como una situación de riesgo".
A pesar de ser una enfermedad que existe desde tiempos remotos, la TBC es la 2da. causa de muerte en el mundo, con cada vez más casos de TBC resistente a los medicamentos de primera línea que se utilizan para tratarla (DR-TB). Se estima que hay unos 12 millones de personas con TBC en el mundo.
En el mundo
Al mencionar la tuberculosis hoy día es imprescindible destacar el gran alcance que está adquiriendo la tuberculosis multirresistente a los medicamentos (MDR-TB por sus siglas en inglés, TBC en español), que coincide con una enorme falta de acceso de los pacientes a métodos diagnósticos y tratamientos, que además se han quedado anticuados y siguen siendo demasiado caros para la inmensa mayoría de quienes los necesitan.
Por otro lado, la falta de financiación y los recortes de fondos en los programas para la lucha contra la enfermedad ya están empezando a provocar una mayor propagación de la misma.
Según datos recogidos por Médicos Sin Fronteras (MSF), el alcance mundial de la tuberculosis multirresistente a los medicamentos es mucho mayor de lo que se había estimado hasta ahora. Para combatir esta forma de tuberculosis, la más mortífera, hace falta un esfuerzo internacional consensuado.
Menos de un 5% de los pacientes con tuberculosis (TBC) en el mundo tiene acceso a un diagnóstico adecuado que permita comprobar si la bacteria es resistente a los medicamentos, y se estima que únicamente un 10% de los pacientes con MDR-TB o TBC tiene acceso al tratamiento necesario. Este porcentaje es incluso inferior en las zonas con pocos recursos, que son precisamente los lugares donde la prevalencia de la enfermedad es más alta.
"Allá donde buscamos casos de tuberculosis resistente a los medicamentos encontramos cifras alarmantes, lo cual indica que posiblemente las estadísticas actuales solo reflejen una parte muy pequeña de la magnitud del problema", explica el presidente de MSF, José Antonio Bastos.
La TB multirresistente a los medicamentos (MDR-TB por sus siglas en inglés) es una forma de la enfermedad que no responde a los tratamientos estándar de primera línea. El tratamiento es difícil, se lleva a cabo con medicamentos muy tóxicos y dura alrededor de 2 años.
La tuberculosis resistente a los medicamentos (DR-TB por sus siglas en inglés) se desarrolla durante el tratamiento de la TB sensible a los medicamentos, cuando los pacientes no completan todo el curso de tratamiento, cuando hay interrupciones del suministro de medicamentos, o cuando los profesionales de la salud proporcionan dosis insuficientes o medicamentos inapropiados, caducados o de poca calidad. Se ha probado que la MDR-TB se contagia también por transmisión directa, de persona a persona.
"Un 95% de los pacientes de tuberculosis de todo el mundo no tiene acceso al diagnóstico adecuado, pero es que además, todos los esfuerzos que se están haciendo para ampliar la detección de la tuberculosis multirresistente, se están viendo gravemente perjudicados por la retirada de fondos", añade Bastos.
Datos recogidos sobre el terreno
Los datos procedentes de los proyectos de MSF han sido presentados en diversos foros durante los últimos meses y han causado gran alarma en la comunidad médica internacional.
En el norte de Uzbekistán, en Asia Central, un 65% de las personas con TB tratadas por MSF en 2011 fueron diagnosticados con MDR-TB.
De todos estos pacientes, entre un 30 y un 40% no había acudido nunca a un centro médico para recibir tratamiento, un número sin precedente a nivel mundial que evidencia que las resistencias a los medicamentos no solo las provocan tratamientos de TB incorrectos, sino que es la propia forma multirresistente la que se contagia.
En Sudáfrica, donde se registra la mayor carga de TBC del mundo, MSF ha visto aumentar en un 211% el número mensual de personas diagnosticadas con TBC en su programa de KwaZulu Natal, tras la introducción de una nueva prueba diagnóstica rápida. De todos los pacientes que dieron positivo, un 13,2% eran resistentes a la rifampicina, uno de los medicamentos de primera línea más efectivos contra la TBC.
En India, la venta de medicamentos sin receta y la existencia de un sector de la salud privado que no está regulado siguen fomentando el desarrollo de resistencias a los fármacos. Se estima que cada año contraen la MDR-TB en el país unas 99.000 personas, de las que únicamente un 1% recibe el tratamiento adecuado.
En Myanmar, a pesar de que se estima que se producen unos 9.300 nuevos casos de MDR-TB cada año, solo han recibido tratamiento hasta la fecha unas 300 personas. Además, la cancelación de la última ronda de financiación del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria amenaza con socavar seriamente el plan con el que se pretendía llegar a tratar a unas 10.000 personas más con MDR-TB en los próximos cinco años.
Se acumulan las dificultades
Diversos factores han acentuado las dificultades en la lucha contra la TBC en las últimas fechas.
Por un lado está el explosivo cóctel que representan unos tratamientos excesivamente largos (de unos dos años de duración) junto a unos medicamentos muy tóxicos, la mayoría de los cuales fueron desarrollados hace medio siglo y que presentan serios efectos secundarios.
Por otro lado, nos encontramos con la reducción de fondos -sobre todo debido a los recientes recortes del Fondo Mundial- que ya está comenzando a afectar seriamente a los programas sobre el terreno.
También supone un problema la existencia de un mercado muy reducido, en el que los pocos fabricantes que producen los medicamentos para tratar la TBC han mantenido los precios de algunos de ellos prohibitivamente altos. Y por último, se ha dado el hecho de que la nueva prueba rápida de diagnóstico -que incrementaría la detección temprana de las formas resistentes de TB- no es ni mucho menos asequible, lo que hipoteca la extensión de su uso a las áreas que disponen de recursos limitados. Eso a pesar de que es precisamente en estos lugares donde más se necesita la capacidad de detectar la infección en pocas horas.
MSF urge a gobiernos, donantes internacionales y compañías farmacéuticas a que combatan la propagación de la TBC resistente a los medicamentos (DR-TB) y de la MDR-TB con una nueva financiación y con esfuerzos renovados para desarrollar pruebas diagnósticas y medicamentos efectivos y asequibles.
"Necesitamos nuevos medicamentos, nuevas investigaciones, nuevos programas y nuevos compromisos por parte de los donantes internacionales y de los gobiernos para responder a esta mortífera enfermedad. Si se ponen todos los medios en este sentido, muchas más personas podrán hacerse las pruebas, recibir tratamiento y curarse. El mundo ya no puede quedarse de brazos cruzados ignorando la amenaza de la tuberculosis multirresistente. Tenemos que actuar ahora", concluye el presidente de MSF.
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