Según un reciente estudio médico publicado en la revista especializada Science Translational Medicine, la información que los doctores le dan a sus pacientes cuando le recetan un medicamento para la migraña; puede hacer la gran diferencia en cómo se sienten los pacientes después del tratamiento.
El estudio trató de determinar cuanto influye el "efecto placebo" que se concreta gracias a la información que recibe el paciente sobre la enfermedad y el tratamiento. Y esto se suma al accionar propio del medicamento. Y fue responsabilidad de un equipo del Beth Israel Deaconess Medical Center, coordinado por los doctores Rami Burstein y Ted Kaptchuk.
Los hallazgos se unen a la evidencia que sugiere que un mensaje positivo, junto con el ritual de tomar una píldora, puede influenciar en mucho la efectividad de los cuidados médicos.
El efecto placebo está centrado la idea de los efectos positivos generados por las expectativas y creencias de una persona que pueden resultar en cambios concretos en los síntomas y un mayor bienestar físico y anímico, situaciones que ocurren incluso cuando el paciente recibe, sin saberlo, un medicamento inactivo, o una simple pastilla de azúcar.
Desde que los científicos comenzaron a investigar sistemáticamente este efecto conocido desde antaño, los pacientes han mejorado en todo tipo de dolencias, desde el dolor crónico hasta las alergias.
Sin embargo los mecanismos detrás de este fenómeno aun no están claros y siempre hay controversias sobre si el efecto es real o no. Y suele ocurrir que en los ensayos clínicos este efecto "placebo" es puesto en el mismo segmento que con quienes mejoran en forma espontánea o con el error estadístico, lo que hace aún más complejo desentrañarlo.
EL ESTUDIO
En concreto, los expertos trabajaron con 66 pacientes migrañosos y diseñaron un experimento para observar cómo el aporte de información para sumar a la farmacología usualmente recetada, modificaba -para mejor o para peor- los resultados finales del tratamiento.
A los participantes se les ofreció un placebo o una dosis completa de rizatriptan, un medicamento usualmente recetado para la migraña. "Elegimos la migraña porque es una patología que ocurre naturalmente y es frecuente" explicó Kaptchuck.
Lo que se hizo fue explicarles los efectos del placebo y de la droga efectiva y se les dio varias dosis de ambas para que usaran e informara de sus efectos.
Pero lo cierto es que las pastillas estaban, a propósito, mal etiquetadas. Lo que ocurrió cuando los médicos recopilaron los resultados de los informes de los pacientes fue muy interesante: en general, darle a los pacientes de migraña información positiva mejoró en forma creciente la eficacia de la pastilla, tanto la del placebo como la del medicamento real.
Pero, además, darle a los pacientes cualquier tipo de píldora también pareció ayudar a mejorar sus migrañas.
En concreto, este descubrimiento sugieren que el contexto del proceso curativo importa mucho cuando se recetan medicamentos y la información positiva que puede brindar un médico podría ser -por sí misma- una medicina poderosa, al menos ¡cuando se trata de migrañas!
Tanto el medicamento, como las expectativas del paciente sobre el tratamiento podrían ser igualmente críticas para lograr mejores resultados con el tratamiento. Además, también quedó en claro que los placebos pueden dar un impulso terapéutico a muchos tratamientos farmacológicos.
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