El Dr. Carson Smith. (Foto: Universidad de Maryland) |
Si bien todos nosotros perdemos algo de volumen cerebral a medida que envejecemos, aquellos con un riesgo genético superior de contraer la enfermedad de Alzheimer muestran normalmente una atrofia mayor en el hipocampo con el paso del tiempo.
Los resultados de la investigación llevada a cabo por el equipo del Dr. J. Carson Smith, de la Universidad de Maryland en College Park, Estados Unidos, indican pues que ser físicamente activo podría ofrecer una protección contra la neurodegeneración asociada con la propensión a desarrollar la enfermedad de Alzheimer. La actividad física tiene el potencial de preservar el volumen del hipocampo en aquellas personas con dicho riesgo superior, lo que significa que posiblemente se pueda retrasar en ellas el declive cognitivo y la aparición de los síntomas de demencia. La prevención por la vía del ejercicio físico podría ser especialmente potente e importante para este grupo.
El Dr. Smith y sus colegas hicieron un seguimiento de cuatro grupos de personas sanas de edades comprendidas entre los 65 y los 89 años, quienes tenían habilidades cognitivas normales, a lo largo de un período de 18 meses, y midieron el volumen de sus hipocampos (usando escaneos por resonancia magnética), al principio y al final de ese período de tiempo.
De los cuatro grupos estudiados, sólo aquellos con alto riesgo genético de desarrollar el Mal de Alzheimer que no se ejercitaron experimentaron una reducción del volumen del hipocampo (un 3 por ciento) a lo largo del período de 18 meses. Todos los otros grupos, incluyendo aquellos con alto riesgo de Alzheimer pero que eran físicamente activos, mantuvieron el volumen de su hipocampo. (NCYT)
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