Biólogo del IVI en un laboratorio de fecun- dación in vitro, centro donde se investigan terapias para evitar el ovario poliquístico. |
Afecta del 5% al 10% de las mujeres en edad reproductiva
El síndrome del ovario poliquístico es una de las causas más comunes que impiden el embarazo. El Instituto Valenciano de Infertilidad investiga las posibilidades de combatirlo mediante una terapia con resveratrol, un polifenol de frutas y vegetales. Ya han demostrado sus propiedades en este trastorno in vitro con células de rata. Ahora se disponen a comprobar si funciona con mujeres.
Ante la decisión de intentar un embarazo, muchas mujeres se topan de lleno con la frustración. Una de las muchas razones detrás de la disminución de la fertilidad es el síndrome del ovario poliquístico, una disfunción ovulatoria causada por un exceso de hormonas masculinas.
Entre las alternativas que buscan los investigadores para el tratamiento de este síndrome, que afecta a un porcentaje nada desdeñable del 5% al 10% de las mujeres en edad reproductiva, se encuentran estudios preliminares de una posible terapia con resveratrol, un polifenol que aparece en varias frutas y vegetales.
Israel Ortega, ginecólogo del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), explica a Sinc el carácter pionero de los estudios que han realizado in vitro, en los que han analizado el papel del resveratrol en las células de la teca y las células de la granulosa, ambas componentes del folículo ovárico.
“Hemos experimentado in vitro en células de rata y hemos visto cómo este resveratrol posee un efecto beneficioso porque tiene una acción antiproliferativa y antiesteroidogénica en esas células de la teca, que son las que se encuentran en gran cantidad en el ovario poliquístico”, afirma.
O, dicho de otra forma, si el resveratrol disminuye la proliferación de células de la teca y la producción de andrógenos (características fundamentales del ovario poliquístico) se podría mejorar la situación de las mujeres que padecen el síndrome.
“El resveratrol in vitro tiene un efecto dosis dependiente en ambos parámetros, reduciendo la producción de andrógenos en las células de la teca hasta un 90%”, subraya Ortega. “Como los resultados han sido tan alentadores nos hemos visto animados a dar el paso a in vivo. Pero esto requiere una mayor inversión y estamos buscando financiación”.
Este síndrome está relacionado con otras complicaciones que van más allá de la reproducción, como la resistencia a la insulina o el índice metabólico, por lo que es importante que la paciente sepa que tiene un mayor riesgo de sufrir ese tipo de patologías para que sea tratada.
“Desde luego, con este tratamiento no se intenta en ningún momento eliminar las terapias de primera, segunda y tercera línea que ya están muy bien establecidos en todos los protocolos de ovulación, como dieta, ejercicio y la utilización de citrato de clomifeno para inducir dicha ovulación”, añade.
El ginecólogo sostiene que, de funcionar, el tratamiento con resveratrol en principio se podría establecer como una indicación colateral, una terapia adyuvante, como pueden ser otros complejos vitamínicos que se dan en los casos de ovarios poliquísticos. “Ahí el resveratrol podría tener su efecto si demostramos que tiene un papel en el aumento de la calidad ovocitaria de los marcadores metabólicos de las mujeres con este síndrome”, apunta.
Más datos en 2014
Tras el experimento en ratas, la investigación ahora va encaminada a observar el efecto de dos gramos de resveratrol administrado en 70 mujeres durante unos 40 días –el tiempo que una paciente está tratada con el anticonceptivo previo al ciclo de fecundación in vitro y durante esta– en su perfil metabólico y en los marcadores de calidad ovocitaria.
Para estudiar su utilidad potencial, Ortega y su equipo de investigadores del IVI han empezado con la segunda etapa este año y esperan tener datos a lo largo de 2014. Además van a poner en marcha otro estudio, este más asequible desde el punto de vista económico, para observar el efecto del resveratrol en el síndrome de hiperestimulación ovárica, que puede ocurrir en mujeres que se someten a una fecundación in vitro.
La idea surgió tras el primer trabajo, donde se vio que el polifenol era capaz de disminuir las células de la granulosa, uno de los mediadores también en el síndrome de estimulación ovárica. “Lógicamente, si lo disminuimos, la severidad del síndrome puede ser igualmente menor”, considera Ortega.
Según el médico, se trataría de un diseño muy sencillo: se administraría la misma dosis de resveratrol (dos gramos) en mujeres donantes para ver si en una semana es capaz de disminuir los niveles de dichos mediadores.
Sobre si se espera un resultado parecido en humanos, Ortega aclara que, aunque siempre es difícil inferir datos in vitro a datos in vivo, estos pueden darse: “Por ahora, el nuestro es un hallazgo in vitro, de modo que todavía queda mucho camino y debemos ser extremadamente cautos”.
Pero también recuerda que este salto del laboratorio a la aplicación en humanos ya ha sucedido anteriormente con el resveratrol: “En 2013 se documentó su efecto beneficioso en el perfil lipídico, metabólico y cardiovascular en humanos con diabetes tipo 2. ¿Por qué no va a pasar lo mismo en el ovario?”. Este año 2014 dirá si las mujeres con estos síndromes cuentan con un arma más para conseguir el ansiado embarazo. (SINC)
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