por María Ángeles Planchuelo
Como cada 31 de mayo se conmemora el Día Mundial sin Tabaco, con el objetivo de informar acerca de las repercusiones que el tabaco tiene en la población. Para ello en cada edición, la OMS escoge un lema para centrar la atención y que las autoridades sanitarias reflexionen y pongan en marcha o apuntalen (según las actuaciones que en cada país se estén llevando a cabo), las actividades que la OMS recomienda para controlar la epidemia del tabaquismo, y que desde el año 2003 se recogen en el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT).
Aumentar los impuestos del tabaco es el lema elegido este año por la OMS, y con él quiere hacer una llamada de atención a los gobiernos de todo el mundo sobre la importancia que tiene el poner en marcha esta medida destinada a contrarrestar la epidemia del tabaquismo.
Es importante destacar que un incremento adecuado de los impuestos del tabaco es la medida aislada más costo-efectiva para reducir la demanda de tabaco por parte de los fumadores. Estudios del Banco Mundial ponen de manifiesto que un incremento del 10% del PVP de los productos del tabaco tiene como resultado una disminución del consumo entre un 4% y un 8%, y además, favorece que los más jóvenes, los que se están iniciendo, no sigan progresando en su proceso de hacerse fumadores.
Hay que reconocer que la fiscalidad del tabaco pese a su trascendencia como medida de control del tabaquismo y por ende por su gran repercusión en la salud pública, no es un tema lo suficientemente conocido por una gran parte de los profesionales de la salud, y desconocido o mal entendido por la población, que relaciona las medidas fiscales con una forma de ingresos por parte de los gobiernos.
Como miembro de la Unión Europea, en España, la fiscalidad delos productos del tabaco está determinada por un impuesto especial "ad valorem" calculado sobre el precio máximo de venta al por menor, un impuesto especial "específico" calculado por unidad de producto y un impuesto especial "mínimo", impuestos que han sufrido múltiples variaciones en los últimos años.
Actualmente el impuesto ad valorem es del 51%, el especifico es de 24,1€/1000 cigarrillos y el impuesto mínimo es de 128,65€/1000 cigarrillos. Pues bien, si aplicamos estos conceptos a una cajetilla de cigarrillos, por ejemplo a la de mayor venta en España, cuyo precio es de 4,75€, vemos que más del 80% de lo que cuesta cajetilla corresponde a los impuestos globales (impuestos especiales más IVA).
El argumento de los impuestos del tabaco es muy utilizado por la industria del tabaco, de manera que lanzan un mensaje en el que resaltan que al estar los cigarrillos fuertemente gravados por los impuestos, los gobiernos obtienen grandes beneficios por las ventas de estos productos. Sin embargo, y curiosamente la industria omite continuamente la segunda parte que debería acompañar al mensaje, es decir, la explicación de las extraordinarias perdidas que tienen los gobiernos debido a los costes sanitarios que suponen las enfermedades y muertes relacionadas con el consumo de tabaco. En un lenguaje muy básico podemos decir en líneas generales que por cada euro que ingresan los gobiernos por la venta de tabaco, gastan dos euros en sanidad por problemas relacionados con su consumo.
Por otra parte, se ha demostrado que un incremento efectivo de las medidas fiscales lleva consigo una disminución de las ventas, y un incremento de los ingresos. Muestra de ello, (a pesar de que en España la fiscalidad no ha alcanzado niveles como en Reino Unido o Irlanda), es como en 2005 la recaudación por impuestos correspondiente a la venta de 4.635 millones de cajetillas de cigarrillos fue de 7.569 millones de euros, mientras que en 2013, con la venta de un 51% menos de cajetillas, es decir de 2.375 millones, la recaudación por impuestos ha sido de 9119 millones de euros.
En definitiva, el mensaje de la OMS es claro: una política fiscal adecuada, favorece que menos adolescentes se conviertan en fumadores, más fumadores se planteen dejar de fumar y más fumadores que deciden seguir fumando consuman menos cantidad de cigarrillos, con la consiguiente repercusión en la salud de la población, que en definitiva es nuestro objetivo. (Diario Médico)
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