El sexo raramente provoca infartos y la mayoría de las personas que sufren un ataque al corazón puede retomar su actividad sexual, según un estudio divulgado por la publicación estadounidense Journal of the American College of Cardiology. Muchas de las personas que han sufrido un infarto se preguntan si es seguro practicar sexo de nuevo, una incertidumbre para la que esta investigación da respuesta: la actividad física que implica la actividad sexual es comparable con subir dos escaleras de varios escalones o dar un paseo a buen ritmo.
(Urgente24). "Según nuestros datos, parece muy improbable que la actividad sexual sea relevante a la hora de desencadenar un ataque cardíaco", consideró en un comunicado Dietrich Rothenbacher, profesor del Instituto de Epidemiología y Biometría Médica de la Universidad de Ulm, en Alemania.
"Menos de la mitad de los hombres y menos de un tercio de las mujeres reciben información de sus doctores sobre actividad sexual después de un ataque al corazón. Es importante asegurar a los pacientes que no tienen que preocuparse y que pueden retomar su actividad sexual con normalidad", explicó como corolario de su estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology.
Sucede que, después de sufrir un infarto, el paciente cardiaco suele interrogarse sobre su vida sexual.
> ¿Podré volver a tener relaciones sexuales sin problemas?
Sin embargo, para tranquilidad de los enfermos, hay que decir que parece demostrado que los gastos energéticos durante el acto sexual son similares a los que genera subir 2 pisos de escaleras. La frecuencia cardiaca del coito es inferior a la que se produce durante otras actividades normales de la vida cotidiana.
> ¿Cuándo puedo volver a practicar sexo?
Es más recomendable reanudar las relaciones sexuales tras un entrenamiento físico y psicológico adecuado y progresivo. Desde un punto de vista psicológico, el entrenamiento llevará al paciente a reconocer cuáles son sus relaciones emocionales nocivas y cómo controlar estas últimas a través de métodos de respiración y relajación.
> ¿Qué problemas puedo tener durante mis relaciones?
La prueba de esfuerzo que se realiza al enfermo cardiaco tras sufrir un infarto es una buena fórmula para medir el estado de su corazón, ya que el desgaste energético que ésta requiere es superior al de la práctica sexual.
> ¿Puedo morirme durante el acto sexual?
En un estudio sobre 5.559 casos de muerte repentina por causas no traumáticas, sólo 34 de ellos eran por motivos cardiológicos y se produjeron durante el coito. Es necesario destacar que en 27 de esas 34 relaciones, la persona fallecida estaba realizando el acto sexual con una pareja distinta de la habitual. Indudablemente, factores "externos"influyeron de forma significativa en el desenlace (nerviosismo, mayor excitación, sentimientos de culpa, necesidad de quedar bien, etc.).
Regresando al estudio de Rothenbacher y su equipo, ellos estudiaron las respuestas de 536 personas, de entre 30 y 70 años, que habían sufrido un infarto en un cuestionario en el que se les preguntaba por su actividad sexual en los doce meses previos al ataque.
Los científicos también evaluaron la relación entre el último encuentro sexual del paciente y el momento del infarto: apenas el 0,7% tuvieron sexo una hora antes del ataque y el 78% mantuvo su última relación sexual más de un día antes del suceso.
Y por las dudas...
Un equipo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford (USA) ha detectado una proteína capaz de inducir la regeneración de células del corazón tras un ataque cardíaco en mamíferos, según un estudio que publicó la revista Nature.
El grupo liderado por la española Pilar Ruiz-Lozano ha investigado el papel de la proteína FSTL1 en el sistema cardíaco de ratones y cerdos, cuyo corazón, como el del resto de los mamíferos, tiene una capacidad limitada para repararse tras una pérdida sustancial de células musculares (cardiomiocitos).
Los científicos han identificado que esa proteína suele encontrarse en la membrana que recubre las paredes de un corazón sano (epicardio), pero desaparece de esa zona tras un ataque cardíaco.
Esa situación se puede revertir, sin embargo, aplicando un parche que simula el tejido del epicardio y actúa como una fuente de la proteína FSTL1, con lo que se consigue activar la proliferación de cardiomiocitos y se mejora la función cardíaca.
Gracias a ese procedimiento, el equipo de Stanford ha mejorado la tasa de supervivencia tras un infarto en ratones y cerdos, y aspira a comenzar los ensayos de esa técnica en humanos en 2017, según explicó Ruiz-Lozano.
“Mi equipo de trabajo ha patentado una tecnología con la que esperamos poner en el mercado aplicaciones clínicas”de este descubrimiento, indicó la autora principal del estudio.
La futura terapia en humanos para contrarrestar los efectos de un ataque cardíaco consistiría en instalar un parche mediante cirugía tras un infarto.
El 45 % de las células musculares del corazón se renuevan a lo largo de la vida de un ser humano, mientras que el 55 % se mantienen inalteradas desde el nacimiento.
Ese ritmo de regeneración no es suficiente para reparar los daños provocados por un ataque cardíaco, por lo que, tras sufrir ese trauma, el organismo cubre la zona afectada del corazón con un tejido de fibroblastos, unas células con escasa capacidad para contraerse que a la larga comprometen la capacidad del órgano para bombear sangre.
Hasta ahora, el grueso de la investigación para dar con una terapia regenerativa se ha centrado en el uso de células musculares inmaduras derivadas de células madre.
El grupo de Ruiz-Lozano optó en cambio por investigar las características de la proteína FSTL1, que en estudios previos ya se había revelado como una precursora del desarrollo de diversos órganos.
Esa proteína juega un papel en un amplio abanico de enfermedades, como la artritis, la fibrosis pulmonar y el cáncer, dada su capacidad para activar mecanismos de comunicación celular.
Según en qué órgano se encuentra, la proteína es capaz de provocar respuestas inflamatorias, actuar como un factor de protección celular o bien inducir respuestas inmunes.
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