Por Ernesto Guidos
Hoy, lo que tenemos en común no es el lazo social ni el lazo político ni el religioso, sino nuestro cuerpo, nuestra biología.
Hemos transformado el cuerpo humano en un nuevo dios: el cuerpo como última esperanza de definir el bien común. A mí me parece que esto es el prototipo de las falsas creencias", afirma el reconocido psicoanalista francés Eric Laurent. Laurent, nacido en París en 1945 y uno de los más destacados discípulos de Jacques Lacan, critica el espíritu cientificista y mecanicista de esta época. "Ahora que no está más la garantía de Dios hay una garantía en el cuerpo.
Este es, supuestamente, el fundamento de una ciencia de la felicidad. Gracias a las nuevas tecnologías, los neurólogos nos ofrecen imágenes en las que podemos ver el centro de la felicidad. Eso es muy fascinante.
Sin embargo, las respuestas rápidas que ofrecen las neurociencias a los conflictos psíquicos son falsas", dijo Laurent, máximo responsable de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, durante una entrevista con LA NACION en su última visita a Buenos Aires. "En nuestra sociedad existe la idea de que todo puede ser reducido al mundo técnico.
Es un protocolo maquinista", sostuvo. Autor de numerosos libros (12 de los cuales han sido publicados en español), Laurent es profesor de posgrado en el Departamento de Psicoanálisis de la Universidad de París VIII, prestigiosa institución donde dictaron clases intelectuales como Michel Foucault, Gilles Deleuze, Alain Badiou y Lacan.
Amable y efusivo, Laurent opina que un ejemplo del espíritu mecanicista de la época se puede ver en la actuación de Estados Unidos en Irak: "Intentó constituir un Estado democrático, en un laboratorio. Pasó del modelo de laboratorio al país sin pensar en la gente. Esta concepción técnica del mundo no deja de producir catástrofes". (…..)
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