Cuando el TGF-β se pone en contacto con una célula que activa el gen supresor de tumores, que impide que las células de dividir. De acuerdo con el grupo del Dr. Torchia, ZNF217, un gen que causa cáncer, puede interferir con este proceso mediante la unión al ADN. Esto impide que los genes supresores de tumor de activación, y las células continúan dividiéndose.
Estos resultados caracterizan a los procesos dinámicos que subyacen a la división celular, lo que sugiere influyentes genéticos deben ser equilibrados para mantener la división celular bajo control. Lo más importante, dar esperanza a las nuevas terapias contra el cáncer.
“Este vínculo entre la metilación y TGF-β-nunca se ha demostrado antes”, dice el Dr. Torchia. “Si entendemos cómo la metilación está regulada, e identificar la maquinaria que está involucrado, podemos ser capaces de dirigir algunos de los mecanismos terapéuticos y girar de nuevo en estos genes para combatir el cáncer.”
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