"Estos
resultados a largo plazo nos tranquilizan sobre la prestación continua y la
seguridad de la terapia de radiación después de la prostatectomía para una gran
proporción de hombres con cáncer de próstata, localmente avanzado o de alto
riesgo", explica Michel Bolla del Centro Hospitalario
Universitario A Michallon, Francia, que
lideró la investigación que este viernes publica la revista 'Lancet'."También
sugieren que los pacientes más jóvenes y aquellos con márgenes quirúrgicos
positivos tienen más probabilidades de beneficiarse de la radioterapia
inmediata, mientras que en los adultos mayores (70 años de edad o más) podría
tener efectos perjudiciales", dice Bolla.
A nivel mundial, el
cáncer de próstata es el segundo cáncer más común en los hombres después del
cáncer de pulmón. Uno de los principales tratamientos consiste en la
extirpación de la próstata, pero para los pacientes cuyo cáncer se ha
diseminado fuera de la próstata, el riesgo de recurrencia puede ser del 10%. Un
ciclo de radioterapia se prescribe a menudo para mejorar los resultados.
Bolla y su equipo
siguieron a 1.005 pacientes con cáncer de próstata de alto riesgo durante más
de 10 años, para examinar el efecto de la radioterapia postoperatoria inmediata
(dado en un plazo de 4 meses después de la cirugía) contra el método de
conducta expectante hasta los primeros signos de recurrencia de la enfermedad.
Incluso después de 10
años, los hombres que recibieron radioterapia después de la cirugía inmediata
todavía tenían, bioquímicamente, mucha mejor supervivencia libre de progresión
en comparación con aquellos que sólo fueron controlados, sin diferencias significativas
en la toxicidad grave. También tenían un control sustancialmente mejor y eran
menos propensos a necesitar terapia hormonal, que puede tener efectos
secundarios después de un uso prolongado.
Pero en contraste con
la diferencia inicial (a 5 años), los resultados clínicos de supervivencia
libre de progresión (en los que la enfermedad no se ha extendido a otras
partes) no mejoró significativamente con la radioterapia inmediata después de
10 años, y la radioterapia tampoco tuvo ningún efecto sobre las tasas de
diseminación cancerosa distante a 10 años o en la supervivencia general.
En un comentario vinculado, Jason A. Efstathiou, del Massachusetts General
Hospital en Boston, discute si hay suficientes pruebas para discernir quién
debe y quién no debe recibir radioterapia después de la cirugía y cuál es el
mejor momento para iniciar el tratamiento. "En última instancia, la
decisión de tratamiento necesita una aportación multidisciplinaria. Cuando la
cirugía probablemente no ha curado a un paciente, los datos prospectivos
todavía apoyan la radiación postoperatoria. La responsabilidad recae entonces
en el equipo de uro-oncología para discutir la radiación posoperatoria con el
paciente, el calendario óptimo de iniciación cuando se utiliza, o para proporcionar
una justificación cuando no se hace". Europa Press
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