Aumentar la intensidad de los ejercicios sería una opción segura para esos pacientes. Por Kerry Grens
NUEVA YORK (Reuters Health) - A menudo, a las personas que tuvieron un infarto o una cirugía cardiaca se les indica ejercicio moderado. Pero un estudio muestra que aumentar la intensidad de los ejercicios sería una opción segura para esos pacientes.
Los autores detectaron tres paros cardíacos, uno solo fatal, mientras ejercitaban 4.800 pacientes cardíacos de Noruega que habían acumulado 170.000 horas de ejercicio aeróbico.
La cifra es tan baja que se podría asegurar que los ejercicios de alto impacto son tan seguros como los más moderados, pero los autores señalan que demuestran que el riesgo de que el ejercicio provoque un paro cardiaco es bastante bajo.
"Estamos en el camino indicado, pero antes de recomendárselo a los pacientes, debemos obtener más datos de seguridad", dijo el doctor Steven Keteyian, director de cardiología preventiva del Hospital Henry Ford de Michigan y que no participó del estudio.
Existen muchas pruebas de que a mayor intensidad del ejercicio, mayores son los beneficios cardiovasculares, recordó Oeivind Rognmo, investigador de la Universidad Noruega de Ciencias y Tecnología, Trondheim, y autor principal del estudio. Por lo tanto, consideró atractivo determinar si los pacientes cardíacos se beneficiarían con el ejercicio de alta intensidad.
Pero existe la preocupación de que a mayor esfuerzo en los pacientes cardíacos crece el riesgo de disfunción cardiaca.
El equipo de Rognmo estudió a 4.846 pacientes de tres centros de rehabilitación cardiaca de Noruega. Los participantes acumularon 129.456 horas de ejercicio moderado y 46.364 horas de ejercicio de alta intensidad. Todos realizaron ambos tipos de ejercicios.
Los ejercicios de intensidad moderada incluían una hora de caminata u otras rutinas al 60-70 por ciento de la frecuencia cardiaca máxima, mientras que el entrenamiento de alta intensidad era con repeticiones de cuatro minutos de bicicleta, trote o esquí de fondo para llevar los latidos al 85-90 por ciento del esfuerzo máximo, con intervalos de cuatro minutos de una actividad más relajada, como caminar.
El equipo determinó la cantidad de infartos o paros cardíacos durante el ejercicio o una hora después. Halló una muerte por paro cardíaco en más de 129.000 horas de ejercicio moderado y dos paros cardíacos no fatales en unas 46.000 horas de entrenamiento de alta intensidad.
"Observamos que ambas intensidades estuvieron asociadas con una baja frecuencia de complicaciones -dijo Rognmo-. (El ejercicio de alta intensidad) debería tenerse en cuenta para los pacientes con enfermedad coronaria".
La tasa de complicaciones cardíacas detectada se traduce en una por cada 129.456 horas de ejercicio moderado y una por cada 23.182 horas de ejercicios de alta intensidad.
El equipo publica en Circulation que las diferencias en la cantidad de paros cardíacos durante la práctica de intensidad moderada y alta fue muy baja como para concluir si el ejercicio de alta intensidad es más peligroso que el entrenamiento de menor intensidad.
Por eso, Keteyian opinó que el ejercicio de alta intensidad aún no se puede recomendar de manera generalizada .Reuters
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