Un estudio en mujeres cuyos maridos habían sufrido un infarto (en un 26% de los casos con resultado de muerte) muestra que, un año después del episodio, aquéllas presentan una probabilidad tres veces mayor de tomar antidepresivos.
Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, aseguran que cuando un hombre sufre un infarto de miocardio no hay que dejar de lado a sus familiares, tras haber detectado un aumento de cuadros de depresión y ansiedad en las mujeres de las víctimas, incluso cuando estas sobreviven.
En concreto, y según recoge el European Heart Journal, un año después de haber perdido al marido a causa de un infarto, las viudas estaban tres veces más expuestas a la medicación con antidepresivos que antes de la pérdida. Pero aunque la pareja hubiera sobrevivido, el riesgo de consumir estos fármacos se incrementaba un 17% con respecto al año anterior.
"Es una problema de salud realmente significativo sobre el que parece haber muy poca conciencia, tanto entre la profesión médica como entre los gestores sanitarios", ha asegurado a la BBC Emil Fosbol, autor de la investigación.
Utilizando registros de Dinamarca, que incluía información del Registro Nacional de Estado Civil, que muestra quién está casado y quién no, los investigadores estudiaron los casos de 16.506 parejas de hombres que habían fallecido de un paro cardíaco entre 1997 y 2008, y otras 44.566 mujeres de pacientes que habían sobrevivido a un infarto.
También investigaron el uso de antidepresivos y ansiolíticos antes del incidente y hasta un año después del mismo, y analizaron los registros de depresión y suicidio.
Preparación psicológica
Los científicos también compararon esta información con los datos de la salud de 49.518 personas cuyas parejas habían fallecido por causas no cardiovasculares, y a 131.563 mujeres ingresadas en hospitales por eventos no fatales tampoco vinculados a crisis cardíacas.
Así, comprobaron que si la pareja sufre un ataque al corazón la salud de la esposa se ve más afectada que la de aquellas mujeres cuyos maridos murieron o sobrevivieron a otras enfermedades.
Los investigadores especulan que tras estas diferencias está la naturaleza súbita e imposible de predecir de un ataque cardíaco, que causa un mayor impacto en los que están alrededor de la víctima.
"Si tu pareja muere repentinamente de un paro al corazón, no tienes tiempo de prepararte psicológicamente para esa muerte, mientras que si alguien está enfermo, por ejemplo de cáncer, existe un tiempo para hacerse a la idea", razona Fosbol.European Heart Journal (2012); doi: 10.1093/eurheartj/ehs242 - Jano.es
lunes, 15 de octubre de 2012
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