Un tipo muy frecuente de arritmia, la fibrilación auricular, provoca uno de cada cinco accidentes cerebrovasculares (ACV) y la mortalidad en esos casos es dos veces mayor que cuando el ataque tiene otras causas.
Así lo señaló a la Agencia CyTA el doctor Jorge González Zuelgaray, director del Centro de Arritmias Cardíacas de la UBA y Presidente de la Fundación Arrhythmia Alliance- Argentina, quien agregó que el riesgo de discapacidad también se incrementa un 50 por ciento cuando esa arritmia origina el ACV.
En un artículo publicado en la revista “Insuficiencia Cardíaca”, González Zuelgaray y especialistas de otros países enfatizaron que la prevención y tratamiento de la fibrilación auricular puede evitar muchos ataques cerebrales.
La fibrilación auricular es la arritmia sostenida más frecuente en el ser humano y su principal factor de riesgo no modificable es la edad: aunque puede afectar a sólo un 0,5 por ciento de los adultos jóvenes, en los mayores de 80 años la prevalencia trepa al 8 por ciento. También es 50 por ciento más común en hombres. Otros factores que aumentan la probabilidad de tenerla son la hipertensión arterial, las enfermedades de la válvula mitral, la insuficiencia cardíaca, las afecciones respiratorias, la obesidad, el exceso de función de la glándula tiroides y la apnea del sueño.
Los síntomas relacionados con ese trastorno van desde palpitaciones, dolor en el pecho, falta de aire y mareos hasta la pérdida del conocimiento. “En uno cada tres pacientes no hay síntomas que permitan sospecharla previamente”, destacó el especialista.
La detección precoz de la fibrilación auricular posibilita su tratamiento con medicamentos antiarrítmicos y anticoagulantes, entre otras alternativas, dijo González-Zuelgaray. “Un método simple y de costo cero para detectar la arritmia consiste en el control del pulso arterial, que cuando es completamente irregular (independientemente de la presencia o ausencia de síntomas) obliga a consultar de inmediato para que se realice un electrocardiograma”, puntualizó.
En presencia de esa arritmia, tienen mayor riesgo de ACV los mayores de 65 años, los hipertensos o pacientes con enfermedad vascular, insuficiencia cardíaca, diabetes o antecedentes de ACV, enumeró el cardiólogo, quien asimismo subrayó que los hábitos de vida que ayudan a prevenir esa anomalía incluyen la práctica de ejercicio físico acorde con la condición y la edad de cada individuo, el control periódico de la presión arterial, el cuidado del sobrepeso, el descanso adecuado y el control del estrés.
Se calcula que medio millón de personas en América Latina tienen cada año un primer ACV. Y se calcula que “las muertes debidas a ACV casi se triplicarán en Latinoamérica para 2024, de modo que nos encontramos ante una verdadera epidemia y urge actuar con decisión y eficacia”, alertó González Zuelgaray. (Fuente: Agencia CyTA – Instituto Leloir)
martes, 29 de enero de 2013
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