Fukushima sigue lanzando radiación |
Recientemente se conoció un proyecto del gobierno japonés para construir un "muro de hielo" para sellar las filtraciones radiactivas de la central nuclear. (U24) - La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) ha detectado los niveles de radiación más altos registrados hasta ahora en los alrededores de la central nuclear de Fukushima-1, afirmaron portavoces de la empresa japonesa.
"El nivel de radiación ha ascendido hasta un nuevo máximo de 2.200 milisievert por hora, en una zona donde el pasado sábado se habían detectado niveles de 1.800 miliservert por hora", dijo el portavoz de TEPCO, Mayumi Yoshida, citado por el diario 'The Japan Times'.
Los operarios de la compañía observaron que la radiación se concentra en las juntas de los tanques que almacenan agua contaminada, placas de acero unidas con una resina especial para evitar las fugas de agua radiactiva, señala el periódico.
Tras inspeccionarlos, los operarios determinaron que no se ha filtrado más agua radiactiva, por lo que creen que la causa de estos niveles es la resina erosionada, aunque seguirán investigando para confirmarlo.
El pasado mes de agosto las autoridades japonesas revelaron que diariamente se vierten al subsuelo 1.000 toneladas de agua desde la central nuclear, de las cuales unas 300 contienen sustancias altamente radiactivas que llegan al Pacífico.
Muro de hielo
Cansado de la inoperancia de la compañía que gestiona la planta y presionado para mejorar la imagen del país, el gobierno japonés construirá un "muro de hielo" para sellar las filtraciones radiactivas de la central nuclear de Fukushima, convertida en una fuente de contaminación y en un dolor de cabeza constante para las autoridades desde su devastación por un tsunami en febrero de 2011.
El gobierno de Shizo Abe quiere asumir la dirección de las operaciones de limpieza, que estaban a cargo de la firma operadora Tepco, mientras el mundo se inquieta por las averías relacionadas con la presencia de cantidades masivas de agua con grandes proporciones de cesio, estroncio, tritio y otras sustancias radiactivas que se vierten a las aguas del océano Pacífico.
"El mundo está observando para ver si podemos llevar a cabo el desmantelamiento de la central nuclear de Fukushima, incluyendo la lucha contra los problemas del agua contaminada", declaró ayer el primer ministro, al cabo de una reunión de gabinete donde se concertó el plan de reparación.
A más de dos años de la devastación de la planta de Fukushima, los reactores nucleares dañados siguen sin enfriarse y parte del agua que se utiliza para su refrigeración, depositada en cientos de cisternas especiales, se filtra a través de grietas.
El proyecto anunciado consiste en inyectar una sustancia refrigerante, a través de tuberías, para congelar el suelo y crear una lámina de hielo que detenga el vertido al mar del material radiactivo.
Las tuberías llevarán un refrigerante a 30 metros de profundidad que congelará el subsuelo a una temperatura de 40 grados bajo cero, sellando el paso del líquido.
Además, como segundo paso, se prevé aumentar la capacidad de los sistemas de descontaminación que se emplean en la actualidad para limpiar el agua de los tanques de unas sesenta materias radiactivas. Ambos proyectos demandarán cerca de US$ 470 millones.
El gobierno ya no tiene margen de maniobra para avanzar en la limpieza y el desmantelamiento de la planta. La firma Tepco anuncia prácticamente todos los días nuevos contratiempos en relación con el agua contaminada.
Tokio teme en lo inmediato que esto incida negativamente en su candidatura para los Juegos Olímpicos de 2020, que disputa con Madrid y Estambul. La decisión se sabrá el sábado en Buenos Aires.
Incluso resueltas las filtraciones con el muro de contención, que comenzará a operar el año que viene, a mediano plazo los tanques del agua que refrigera los reactores serán un problema en sí mismo.
El presidente del organismo de regulación nuclear japonés, Shunichi Tanaka, advirtió anteayer que es imposible imaginar un almacenamiento permanente del agua y que en un momento dado habrá que verterla al mar, una vez purificada hasta un punto "admisible por la comunidad internacional".
"El nivel de radiación ha ascendido hasta un nuevo máximo de 2.200 milisievert por hora, en una zona donde el pasado sábado se habían detectado niveles de 1.800 miliservert por hora", dijo el portavoz de TEPCO, Mayumi Yoshida, citado por el diario 'The Japan Times'.
Los operarios de la compañía observaron que la radiación se concentra en las juntas de los tanques que almacenan agua contaminada, placas de acero unidas con una resina especial para evitar las fugas de agua radiactiva, señala el periódico.
Tras inspeccionarlos, los operarios determinaron que no se ha filtrado más agua radiactiva, por lo que creen que la causa de estos niveles es la resina erosionada, aunque seguirán investigando para confirmarlo.
El pasado mes de agosto las autoridades japonesas revelaron que diariamente se vierten al subsuelo 1.000 toneladas de agua desde la central nuclear, de las cuales unas 300 contienen sustancias altamente radiactivas que llegan al Pacífico.
Muro de hielo
Cansado de la inoperancia de la compañía que gestiona la planta y presionado para mejorar la imagen del país, el gobierno japonés construirá un "muro de hielo" para sellar las filtraciones radiactivas de la central nuclear de Fukushima, convertida en una fuente de contaminación y en un dolor de cabeza constante para las autoridades desde su devastación por un tsunami en febrero de 2011.
El gobierno de Shizo Abe quiere asumir la dirección de las operaciones de limpieza, que estaban a cargo de la firma operadora Tepco, mientras el mundo se inquieta por las averías relacionadas con la presencia de cantidades masivas de agua con grandes proporciones de cesio, estroncio, tritio y otras sustancias radiactivas que se vierten a las aguas del océano Pacífico.
"El mundo está observando para ver si podemos llevar a cabo el desmantelamiento de la central nuclear de Fukushima, incluyendo la lucha contra los problemas del agua contaminada", declaró ayer el primer ministro, al cabo de una reunión de gabinete donde se concertó el plan de reparación.
A más de dos años de la devastación de la planta de Fukushima, los reactores nucleares dañados siguen sin enfriarse y parte del agua que se utiliza para su refrigeración, depositada en cientos de cisternas especiales, se filtra a través de grietas.
El proyecto anunciado consiste en inyectar una sustancia refrigerante, a través de tuberías, para congelar el suelo y crear una lámina de hielo que detenga el vertido al mar del material radiactivo.
Las tuberías llevarán un refrigerante a 30 metros de profundidad que congelará el subsuelo a una temperatura de 40 grados bajo cero, sellando el paso del líquido.
Además, como segundo paso, se prevé aumentar la capacidad de los sistemas de descontaminación que se emplean en la actualidad para limpiar el agua de los tanques de unas sesenta materias radiactivas. Ambos proyectos demandarán cerca de US$ 470 millones.
El gobierno ya no tiene margen de maniobra para avanzar en la limpieza y el desmantelamiento de la planta. La firma Tepco anuncia prácticamente todos los días nuevos contratiempos en relación con el agua contaminada.
Tokio teme en lo inmediato que esto incida negativamente en su candidatura para los Juegos Olímpicos de 2020, que disputa con Madrid y Estambul. La decisión se sabrá el sábado en Buenos Aires.
Incluso resueltas las filtraciones con el muro de contención, que comenzará a operar el año que viene, a mediano plazo los tanques del agua que refrigera los reactores serán un problema en sí mismo.
El presidente del organismo de regulación nuclear japonés, Shunichi Tanaka, advirtió anteayer que es imposible imaginar un almacenamiento permanente del agua y que en un momento dado habrá que verterla al mar, una vez purificada hasta un punto "admisible por la comunidad internacional".
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