Las investigadoras de la OPS/OMS indicaron que estos resultados representan “la punta del iceberg” de todas las muertes vinculadas al alcohol
Washington, D.C., 14 de enero de 2014 (OPS/OMS) — Cerca de 80 mil muertes al año en las Américas no ocurrirían si no se consumiera alcohol, señala un nuevo estudio de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), que fue publicado en la última edición de la revista científica Addiction.
El informe, realizado por Vilma Gawryszewski, asesora en información y análisis de salud de la OPS/OMS, y por Maristela Monteiro, asesora principal en abuso de sustancias y alcohol de la organización, se centró en estudiar los patrones de todas muertes vinculadas al alcohol entre 2007 y 2009 en 16 países en América del Norte y en América Latina. Las autoras examinaron los datos sólo en causas de muerte en las que el alcohol fue específicamente mencionado (como “enfermedades del hígado vinculadas al alcohol” y “desórdenes mentales y de conducta debido al uso de alcohol”). Encontraron que el alcohol fue una causa de muerte “necesaria” (es decir, una muerte que no hubiera ocurrido sin consumo de alcohol) en un promedio de 79.456 casos anuales, durante el período estudiado. En la mayoría de los países, las enfermedades del hígado fueron causa principal de las muertes vinculadas al alcohol, seguidas de desórdenes neurosiquiátricos.
Sin embargo, estas muertes posiblemente representan sólo “la punta del iceberg de un problema más amplio”, según las autoras, ya que el uso del alcohol está asociado a una vasta gama de enfermedades y condiciones, incluyendo enfermedades del corazón y cerebrovasculares, lesiones en el tránsito o de armas de fuego, suicidios, y también algunos tipos de cáncer.
“Nuestro estudio simplemente muestra cuántas muertes se pueden atribuir directamente al consumo de alcohol”, señalan las autoras. “Es probable que el número de muertes sobre las que el consumo de alcohol es un factor significativo que contribuye, sea más alto aún”, agregan.
El estudio encontró una amplia variación en las tasas de mortalidad por consumo de alcohol entre los países, con las tasas más altas en El Salvador (un promedio de 27,4 en 100 mil muertes por año), Guatemala (22,3) y Nicaragua (21,3), seguidas por México (17,8) y Brasil (12,2). Estas tasas se comparan con otras más bajas en Colombia (1,8), Argentina (4,0), Venezuela (5,5), Ecuador (5,9), Costa Rica (5,8), y Canadá (5.7). Los cinco países con mayor mortalidad también tienen altos índices en patrones de consumo peligroso de alcohol, según otros datos de la OMS. Sin embargo, las tasas de consumo total de alcohol son más altas en los países con mortalidad más baja.
En todos los países estudiados, la mayoría de las muertes vinculadas al alcohol (84%) se registraron en hombres, aunque los números varían para las mujeres según los países. El riesgo de morir por una causa totalmente vinculada al alcohol fue 27,8 veces más alta para un hombre que para una mujer en El Salvador, 18,9 veces más alta en Nicaragua, y 14,8 veces más alta en Cuba. Entre los países más bajos en la escala, el riesgo de mortalidad fue 3,2 veces más alto para hombres que para mujeres tanto en Canadá como en Estados Unidos.
El riesgo también difiere según el grupo etario. En Argentina, Canadá, Costa Rica, Cuba, Paraguay y Estados Unidos, las tasas más altas de mortalidad se ubicaron en el grupo de personas de entre 50-69 años. En Brasil, Ecuador y Venezuela, las tasas de mortalidad por alcohol aumentaron, comenzando entre los 40 y 49 años de edad, luego se mantuvieron estables y cayeron después de la edad de 70 años. México mostró un patrón diferente, con el riesgo de muerte en aumento a lo largo de la vida y alcanzando su pico luego de los 70 años.
Los autores señalaron que las muertes vinculadas al alcohol son prevenibles a través de políticas e intervenciones que reducen el consumo de alcohol, incluyendo restricciones en disponibilidad, aumento de precios a través de impuestos, y controles en el mercadeo y publicidad. Sin embargo, “la mayoría de los países en las Américas tienen políticas débiles para responder a este problema”, afirman las autoras. “Estas altas tasas muestran un problema de salud pública importante. Los países deberían aumentar sus esfuerzos para mejorar la calidad de la información, monitorear el problema e implementar políticas más efectivas para reducir la disponibilidad y el consumo de alcohol a nivel nacional”, añaden.
La OPS fue fundada en 1902 y es la organización internacional de salud pública más antigua del mundo. Trabaja con todos los países del continente para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas de la región. Actúa como la Oficina Regional para las Américas de la OMS y es también la agencia especializada de salud del sistema interamericano.
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