ESTIMACIONES “INADECUADAS”
La cantidad de contaminantes perjudiciales para el medio ambiente y la salud liberados en el proceso de recuperación de petróleo de las arenas bituminosas en el oeste de Canadá es probablemente mucho más alta de lo estimado inicialmente, dijeron investigadores universitarios.
Los niveles reales de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) emitidos al aire pueden ser de dos a tres veces mayores de lo estimado, señaló el informe publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS), una revista arbitrada de Estados Unidos.
El estudio cuestiona la exactitud de las evaluaciones de impacto ambiental de la explotación de las arenas petrolíferas, poco después de que un informe del Departamento de Estado estadounidense indicara que el controversial proyecto del oleoducto Keystone para llevar petróleo desde Canadá a Texas (sur de Estados Unidos) tendría poco impacto sobre el cambio climático o el medio ambiente.
Según los investigadores de la Universidad de Toronto, las estimaciones aceptadas por las autoridades gubernamentales no tienen en cuenta la evaporación de los HAP de las piscinas de aguas residuales conocidas como lagunas de decantación, consideradas una fuente importante de contaminación.
Los responsables de la proyección de impacto ambiental del proyecto aseguran empero que la explotación de las arenas petrolíferas de Athabasca, provincia de Alberta (oeste de Canadá) -que contienen la tercera mayor reserva de petróleo crudo conocida en el mundo- arrojaría la misma contaminación que la escasamente poblada Groenlandia, donde no existen grandes industrias.
Sin embargo, el autor principal del estudio publicado en PNAS, Frank Wania, describió las estimaciones de las empresas como "inadecuadas e incompletas".
Los HAP son sustancias químicas peligrosas producto de la quema de combustibles fósiles, algunas de las cuales son causantes de cáncer.
"Las propiedades físicas de estas sustancias son tales que si se las coloca en agua se esparcen por la atmósfera", dijo Jonathan Martin, profesor asociado de toxicología ambiental en la Universidad de Alberta.
Fuentes: AFP
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