Los riesgos de los donantes de riñón de sufrir complicaciones y la duración de la estancia en el hospital se han reducido en los últimos años, según un estudio reciente.
Los donantes vivos proporcionan órganos en más de un tercio de los trasplantes de riñón realizados en Estados Unidos. Las investigaciones previas han sugerido que los donantes vivos se enfrentan a riesgos de salud mínimos, pero se han realizado muy pocos estudios integrales.
A fin de determinar las tendencias con respecto a las complicaciones y a otros problemas de salud experimentados por los donantes vivos, los autores del nuevo estudio analizaron los datos de más de 69,000 donantes entre 1998 y 2010. Representaron el 89 por ciento de los donantes de EE. UU. durante ese periodo.
Los investigadores descubrieron que las complicaciones en los donantes vivos se redujeron desde un poco más del 10 por ciento en 1998 hasta menos del 8 por ciento en 2010, y la duración de las estancias hospitalarias después de donar un riñón se redujo desde casi 4 días hasta menos de 3.
Las tasas de complicaciones y la duración de las estancias hospitalarias de los donantes fueron comparables con las de otras cirugías abdominales de bajo riesgo, como la extirpación del apéndice. La depresión, la hipertensión y el hipotiroidismo (tiroides poco activa), no obstante, aumentaron a lo largo del tiempo en los donantes vivos de riñón, según el estudio, que fue publicado el 26 de septiembre en la revista Clinical Journal of the American Society of Nephrology.
"Pudimos caracterizar ciertas características de los pacientes y ciertos resultados que no están disponibles en los registros de trasplantes estándares", afirmó en un comunicado de prensa de la revista Jesse Schold, de la Clínica Cleveland. "Los datos aportan una información importante sobre la incidencia y el impacto de las comorbilidades preexistentes en los donantes vivos que no es ampliamente conocida".
Los hallazgos confirman que los riesgos a corto plazo para los donantes vivos de riñón son relativamente bajos, pero dado que muchos donantes tienen afecciones médicas adicionales, la monitorización a largo plazo de su salud es importante, concluyeron los investigadores.
El estudio aporta una información valiosa que puede ser de ayuda en la consejería y el consentimiento informado de los donantes vivos, escribieron la Dra. Krista Lentine, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Saint Louis, y el Dr. Dorry Segev, de la Universidad Johns Hopkins, en un editorial acompañante.
Fuente: MedlinePlus Vía Healthday News
sábado, 5 de octubre de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario