Científicos de la Universidad de Bonn lograron separar un átomo en dos, obteniendo un resultado que contradice al propio nombre de la partícula elemental, que se traduce del griego como "inseparable".
Los investigadores lograron hacer lo que habría sido inimaginable para los griegos, usando los más modernos métodos de la mecánica cuántica.
El proceso es complicado y para que sea exitoso hay que crear unas condiciones muy especiales. Entre ellas están una temperatura cercana al cero absoluto y unos láseres muy precisos. Uno es responsable de enfriar el átomo de cesio y el otro debe moverlo, una vez alcanzada la temperatura requerida.
Los detalles del experimento son aún más complejos: cada átomo tiene una característica que se llama espín y con apoyo de éste puede moverse a sus lados. Pero los especial aquí es que el espín puede también existir en dos direcciones al mismo tiempo.
Este es posible solo en mecánica cuántica, que establece que una materia puede existir en varios estados al mismo tiempo. Este hecho sirvió de base para el experimento, en el quel los científicos lograron que dos partes del átomo estuvieran a 10 micrones una de la otra, una distancia enorme para las partículas elementales.
“El átomo tiene algo parecido a una personalidad múltiple”, intenta explicarlo uno de los autores del estudio, Andreas Steffen. “Una mitad de él está a la derecha, una mitad a la izquierda y, sin embargo, todavía es un entero”.
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