Si metes gasoil a un coche para nafta, funcionará fatal. El motor humano fue diseñado hace unos 2 millones de años para los productos presentes en la naturaleza, para los que dispone de sustancias digestivas (enzimas).
Hace unos diez mil años comenzamos a modificar dichos productos con agricultura, ganadería y cocinado. La alimentación moderna contiene moléculas nuevas para las cuales no tenemos enzimas digestivas. Empezamos a consumir leche de otros animales, transformar las pequeñas semillas silvestres en otras más grandes y a calentar los alimentos, apareciendo moléculas extrañas. Refinamos los alimentos y les añadimos sustancias químicas sintéticas. Y lo último, ha sido la modificación genética.
Al llegar los alimentos modernos a nuestros intestinos, la única barrera que separa estas sustancias peligrosas de nuestra circulación sanguínea es una mucosa finísima (0,025 milímetros) y muy extensa (600metros cuadrados). Originalmente, sólo permite el paso a moléculas que podamos asimilar. Con el uso y el abuso esta mucosa se vuelve permeable a moléculas extrañas. Una vez en nuestro interior pueden causar tres tipos de enfermedades:
Por reacciones autoinmunes: Reumas, Artritis, Esclerosis Múltiple, Enfermedad Celiaca, dolor de cabeza.
Por intoxicación y degeneración: Envejecimiento prematuro, Fibromialgia, Gota, Anemia, Artrosis,Osteoporosis, Arterioesclerosis, Cáncer y enfermedades cerebrales (trastornos mentales, Alzheimer, Parkinson...)
Por eliminación de moléculas no digeribles: colitis, enfermedad de Crohn, acné, eczema, urticaria, psoriasis, bronquitis, asma, infecciones de repetición, alergias...
El Dr. Jean Seignalet trabajaba de inmunólogo en un hospital de Francia. Una depresión le llevó a cambiar su alimentación moderna por otra semejante a la de antes de la agricultura, ganadería y cocina. Abundantes alimentos crudos, evitando cereales (excepto el arroz), productos lácteos y alimentos cocinados a alta temperatura (horneados y fritos). A los seis meses recuperó la tranquilidad, el sueño y el funcionamiento normal de su cerebro. “Una alimentación inadaptada a la naturaleza humana, nos enferma.
Una dieta más adecuada sirve para prevenir y también para favorecer la autocuración”. Tuvo buenos resultados con sus pacientes y lo dejó plasmado en su libro: LA ALIMENTACIÓN O LA TERCERA MEDICINA. Cómo tratar enfermedades mediante una correcta alimentación. RBA Libros. Barcelona, 2004. Por Eneko Landaburu, médico higienista
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