Duarte presentó en Madrid un trabajo de síntesis que analiza el impacto del calentamiento global sobre los ecosistemas polares. La obra, publicada por la Fundación BBVA , señala que el frente de hielo retrocedió el pasado verano 18 kilómetros diarios en el Ártico, a causa de un calentamiento dos veces superior al del resto del planeta.
Este año, el deshielo podría superar este ritmo récord. Las altas temperaturas registradas en mayo, entre 2 y 3 grados superiores a lo habitual, y la escualidez de la actual capa de hielo hacen presagiar que el Sol dará un descomunal mordisco al Ártico este verano.
La rapidez del derretimiento polar ha obligado a los científicos a revisar sus predicciones. En agosto de 2007, los modelos vaticinaban un deshielo completo en 2040. Pero, la semana anterior, varios investigadores estadounidenses –entre ellos, Mark Serreze, del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo, en Boulder , Colorado– anunciaron que la insólita imagen del Polo Norte sin hielo podría ser realidad este mismo verano. Sin embargo, a juicio de Duarte, este pronóstico “es muy improbable, aunque no se uede descartar”.
“Se nos escapa algo”
La comunidad científica ha propuesto varias hipótesis para explicar la aceleración del deshielo ártico el año pasado, pero el rompecabezas está incompleto. “Se nos está escapando algo”, reconoce Duarte, Premio Nacional de Investigación 2007. Hasta ahora, se ha tenido en cuenta el cambio de circulación, que forzó una entrada de agua del Océano Pacífico; la entrada de agua más caliente procedente del Atlántico, a causa de la mayor salida de agua de deshielo; la llegada de una masa de aire caliente por la troposfera, que provocó un récord de temperaturas en el Polo Norte, y una mayor radiación solar, debido a una cobertura de nubes un 20% por debajo de lo habitual.
La pieza que falta, en opinión de Duarte, puede esconderse dentro del mismo hielo. Los modelos contemplan la fusión de la placa polar por insolación en su parte superior, y por el contacto con aguas más cálidas en los laterales, “pero no tienen en cuenta que el hielo se empieza a descomponer cuando empieza a fundirse y se forman canales por la presión del océano”.
Este proceso está acelerando el deshielo en las entrañas de los casquetes polares. Cuando toda el agua congelada se derrita, el nivel del mar subirá cuatro centímetros. Para Duarte, no hay marcha atrás. “Para que el proceso fuera reversible habría que recuperar las antiguas masas de hielo, de 4 o 5 metros de grosor, y para eso hacen falta milenios”, apunta.
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