Con cierto conocimiento de causa efecto nuestra recomendación es la práctica del Chi Kung (Qi Gong), disciplina madre de todas las disciplinas chinas y orientales, bien podríamos decir entonces, que el taichi, es una disciplina que deriva del Chi Kung, y por lo tanto, los ejercicios de la disciplina original son suepriores. Pero también queremos adelanter que hay caminos en la medicina tradicional que mejoran rápidamente las sintomatología, y es allí cuando la aparición del Chi Kung sería óptima.
En nuestra opinión el desconocimiento en la mayoría de los especialistas de algunos caminos diferentes en el tratamiento del Parkinson, es evidente, puesto que esta actividad de la medicina china es complementaria y lograría la mejora en todos los aspectos.
Para resumir: la mirada holística sigue siendo la única salida para el tratamiento de las dolencias que desde cualquier espacio atacan y sufre el hombre. E. P.
Vamos a la nota.
Un nuevo estudio realizado con 195 pacientes con Parkinson muestra que la práctica regula r de taichi permite mejorar la estabilidad y otros problemas comunes asociados a la enfermedad. El trabajo se publica en la última edición del 'New Engla nd Journal of Medicine'.
La media de edad de los participantes era de 68 años. Todos presentaban un diagnóstico clínico de enfermedad de Parkinson suave o moderado; sufrían problemas motores como temblores, ridigez o bradiquinesia (lentitud de movimientos); tomaban medicación para la enfermedad y podían caminar o permanecer de pie sin ayuda.
Los autores del trabajo, de distintas instituciones médicas de Oregon (EEUU), dividieron a los voluntarios en tres grupos, cada uno asignado a una actividad: un programa periódico de estiramientos, un pla n de ejercicios de resistencia o sesiones de taichi. Los tres tipos de ejercicio se llevaron a cabo en sesiones de 60 minutos, dos veces a la semana, durante seis meses.
El diccionario de la RAE define taichi como un "tipo de gimnasia china, de movimientos lentos y coordinados, que se hace para conseguir el equilibrio interior y la liberación de la energía". Entre los numerosas variedades que existen de esta "gimnasia", los investigadores adoptaron una tabla de "seis movimientos y ocho posturas".
Pla n de entrenamiento
El protocolo exacto que se utilizó en el estudio no está descrito en la publicación del 'New Engla nd'. Según explica a ELMUNDO.es Fuzhong Li, del Oregon Research Institute y principal autor del trabajo, los monitores emplearon un folleto que recoge el pla n de entrenamiento, entre ellos los ocho pasos del ejercicio que debían aprender los pacientes.
El documento concreta también los seis puntos en los que hacer "énfasis durante el entrenamiento": movimientos de tronco; bala nceo del tobillo; despla zamiento del peso del cuerpo; movimientos con la s articula ciones del tobillo; coordinación entre los ojos y la s manos y ejercicios de respiración.
Los investigadores evaluaron a los participantes al comienzo del estudio y al cabo de tres y seis meses. Durante este tiempo, los pacientes siguieron con su rutina habitual (incluida la práctica de otros ejercicios). Según los resultados, el grupo de taichi estaba significativamente mejor que los otros dos.
La principal referencia para medirlo fue un indicador lla mado"estabilidad postural". Se evaluó según los límites que podían alcanzar los pacientes al realizar una serie de movimientos sin despla zar el centro de gravedad del cuerpo o caerse, y el control de la dirección del cuerpo durante la actividad.
Al cabo del periodo de estudio también se observaron diferencias significativas en otros problemas comunes. Por ejemplo, el número de caídas fue menor entre los que hicieron taichi: un 67% menos que el grupo de ejercicios de estiramiento, y ligeramente inferior respecto a la actividad de resistencia).
Tres meses después de concluir la investigación, los resultados se mantenían. En el trabajo, según explica Fuzhong, no se midió la strong>curva de aprendizaje de los ejercicios de taichi. "Sin embargo, al analizar los datos, no vimos una mejora cla ra hasta después de cuatro meses", explica el investigador, que considera que este tiempo puede reflejar el tiempo necesario para aprenderse los movimientos.
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