Es sabido es que la contaminación radiactiva puede generar mutaciones en organismos biológicos: en Europa cientos de miles de personas murieron tras el desastre en Chernobyl y algo similar se espera tras el desastre atómico de la central Fukushima Daichi en japón. De hecho, a poco más de un año del vertido de toneladas enteras de material radiactivo a la atmósfera y al mar, ya aparecieron los primeros casos de mutaciones en mariposas autóctonas
Las aberraciones fueron relativamente altas en los descendientes de mariposas recolectadas cerca de la central nuclear, aparentemente sanas y que se llevaron a ambientes sin contaminación.
La liberación masiva de radiación nuclear desde la planta de Fukushima en 2011, causó una severa mutación genética en los descendientes de la mariposa azul Zizeeria Maha, muy común en Japón, informaron los científicos, Atsuki Hiyama y Chiyo Nohara, en un estudio publicado en la revista Nature el 9 de agosto.
Posterior al accidente nuclear iniciado el 11 de marzo 2011, ellos detectaron en mayo del mismo año, leves mutaciones en las mariposas, sin embargo, meses más tarde, en la descendencia de las hembras de ese grupo, e incluso en hembras sin rasgos detectables, se presentaron anormalidades más severas. Los científicos observaron que las anormalidades eran mayores en septiembre, que en mayo, en las zonas cercanas a Fukushima, y también que esto se producía en los descendientes llevados a regiones lejanas no contaminadas.
Hiyama y Nohara llegaron a la conclusión de que "los radionucleidos artificiales de la planta de energía nuclear de Fukushima causan daños fisiológicos y genéticos de esta especie".
Según ellos, es preocupante que la documentación científica solo haya constatado los severos daños de la exposición masiva de una radiación, como es el caso de los estudios de Chernobyl, Nagasaki e Hiroshima, y no los efectos de la exposición a la radiación de baja dosis en animales, incluyendo seres humanos. Una de las mayores preocupaciones es la posible herencia de los efectos adversos a la exposición, a través de la descendencia de los individuos expuestos", destacan los autores.
Hasta la fecha las investigaciones científicas comprobadas y aceptadas solo dejan claro que tras accidentes nucleares como Chernobyl, Hiroshima y Nagasaki, se produjeron aberraciones fenotípicas en los animales y un incremento del cáncer tiroideo y linfático.
En este contexto, la mariposa azul Zizeeria Maha (Lepidoptera, Lycaenidae), que es muy común en todo Japón, se usó por los científicos como un indicador para evaluar las condiciones ambientales resultantes tras la liberación radiactiva contaminante. Hiyama y Nohara hicieron notar que en el pasado usaron esta misma especie para evaluar los efectos del maíz transgénico.
En las muestras obtenidas, se observaron ojos y alas deformadas. Los experimentos de la descendencia de las mariposas recolectadas se realizaron en Okinawa, a 1.750 Kilómetros de la contaminación en Fukushima, donde apenas se detecta radiación.
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