(U24) - La misma quimioterapia es la responsable de que los pacientes desarrollen una resistencia a ella, lo que mina la eficacia de los tratamientos anticancerígenos, según informa hoy la revista científica británica Nature Medicine.
Un estudio hecho por científicos de USA descubrió que las células sanas que rodean a un tumor cancerígeno generen una proteína que explicaría por qué algunos pacientes desarrollan resistencia al tratamiento con quimioterapia. De acuerdo con el análisis, hecho por el centro de investigación del cáncer Fred Hutchinson de Seattle (USA), nueve de cada diez personas con un tumor sólido -como los de mama, próstata, pulmón o colon- en fase de metástasis se vuelven resistentes al tratamiento con quimioterapia, que habitualmente se administra por períodos limitados de tiempo para evitar la intoxicación del cuerpo.
Sin embargo, durante los períodos de descanso, las células tumorales se recuperan y desarrollan resistencia.
La investigación se centró en la reacción que la quimioterapia provoca sobre los fibroblastos, un tipo de células que desempeñan un papel muy importante en la cicatrización y producción de colágeno. Según los investigadores, la quimioterapia causa daños en el ADN que a la vez provocan que los fibroblastos produzcan hasta treinta veces de lo que deberían de una proteína llamada WNT16B, que estimula el crecimiento de las células tumorales, y las ayuda a que invadan los tejidos aledaños y a que se vuelvan resistentes al tratamiento.
Las funciones de esta proteína en el desarrollo del cáncer ya eran conocidas, pero es la primera vez que los científicos la relacionan con la resistencia a la quimioterapia. "Los tratamientos contra el cáncer están volviéndose cada vez más específicos (...). Nuestro descubrimiento indica que el microambiente que rodea al tumor también puede influir en el éxito o el fracaso de estas terapias", explicó Peter Nelson, autor principal del estudio, a la cadena británica BBC.
Por su parte, Fran Balkwill, experto del centro de investigación británico Cancer Research UK, afirmó que este trabajo "encaja con otros estudios previos que muestran que los tratamientos contra el cáncer no solo afectan a las células tumorales, sino también a las que rodean a los tumores".
El siguiente paso será, según Balkwill, encontrar formas de enfrentarse a estos mecanismos de resistencia para aumentar la eficacia de la quimioterapia.
Nanofármacos
Investigadores del Instituto de Tecnología Química de Valencia --centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universitat Politècnica de València, el Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) y el Centro de Investigación Biomédica en Red en Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN)-- han desarrollado un nuevo nanofármaco que combina fototermia y quimioterapia para la lucha contra el cáncer. Hasta el momento, los investigadores han aplicado este nuevo nanofármaco sobre cultivos celulares de glioma humano. Los resultados obtenidos son interesantes para los tratamientos del cáncer de piel (melanomas) y de tumores no sólidos del sistema nervioso como los gliomas, han explicado los responsables del trabajo en un comunicado.
El estudio, publicado en la revista Dalton Transactions, ha sido coordinado por el Dr. Pablo Botella, por parte del ITQ, y Eduardo Fernández (UMH y CIBER-BBN). El nuevo nanofármaco está formado por partículas híbridas que contienen agregados de nanopartículas de oro (nanoclústeres) protegidos por una cubierta de sílice porosa en el interior de la cual se incorporan moléculas de un fármaco antitumoral (camptotecina).
Los nanoclústeres de oro presentan actividad fototérmica, absorbiendo luz en el rango del infrarrojo cercano (800 nm). Según explica el doctor Pablo Botella, "mientras que los tejidos orgánicos son prácticamente transparentes a dicha radiación, su absorción por parte de los nanoclústeres de oro provoca un gran incremento de temperatura a nivel local". "Cuando esto se produce dentro de una célula cancerosa, se genera un aumento de las tensiones internas, lo que conduce a la destrucción de la misma", añade el experto.
Como fuente de luz en el rango del infrarrojo cercano se utiliza un láser biomédico (800 nm) que trabaja en la escala de femtosegundos (1 fs = 1x10-15 seg). La acumulación de las nanopartículas híbridas oro/sílice en las células cancerosas está favorecida en gran medida por el aumento de la permeabilidad vascular que tiene lugar a nivel de un tumor.
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