jueves, 4 de julio de 2013
Despertar a los pacientes hospitalizados para revisar sus signos vitales podría hacer mayor daño
La salud y el bienestar de muchos pacientes de hospital podrían mejorar si las enfermeras dejaran de realizar los chequeos nocturnos de los signos vitales, según una investigación reciente.
Casi la mitad de los pacientes a quienes se despierta para realizar chequeos de los signos vitales tienen unas probabilidades extremadamente bajas de sufrir una emergencia médica dentro de las 24 horas siguientes, señaló la autora del estudio, la Dra. Dana Edelson, médico de asistencia hospitalaria del departamento de medicina de la Universidad de Chicago.
Si se les deja tranquilos y se les permite dormir, probablemente esos pacientes sanarán más rápido y tendrán una mejor actitud durante su estadía hospitalaria, señaló.
Los hospitales han revisado los signos vitales de los pacientes cada cuatro horas desde 1893, comentó Edelson. La presión arterial, el ritmo respiratorio, el pulso y la temperatura están entre los signos vitales que se evalúan con frecuencia.
Esas revisiones con frecuencia interrumpen el sueño del paciente, lo que puede provocar una frustración considerable para los pacientes y privarles del descanso que necesitan para sanar.
"Se despierta a todo el mundo automáticamente hasta dos veces por noche para chequear los signos vitales, independientemente de qué tan alto sea su riesgo", lamentó Edelson.
Edelson revisó datos sobre más de 54,000 pacientes de hospital, usando una puntuación sobre advertencias tempranas que por lo general determina si las personas ameritan una atención especial porque tienen más probabilidades de sufrir un paro cardiaco o porque necesitan cuidados intensivos.
Pero utilizó la puntuación de advertencia temprana al revés, buscando pacientes que están en un riesgo tan bajo que no necesitan un escrutinio estrecho.
Alrededor del 45 por ciento de los pacientes hospitalizados a quienes se despertaba con regularidad para chequear los signos vitales están en la categoría del riesgo más bajo, halló Edelson en el estudio, que aparece en la edición en línea del 1 de julio de la revista JAMA Internal Medicine.
"Dado lo que sabemos sobre las interrupciones del sueño y lo nocivas que son para los resultados clínicos reales, planteamos la hipótesis de que reducir las interrupciones del sueño en esta población de pacientes en riesgo bajo mejoraría los resultados", apuntó Edelson.
Los hospitales deben sopesar el uso de las puntuaciones de advertencia temprana para determinar cuáles pacientes se beneficiarían de menos chequeos de los signos vitales, apuntó.
"Seguramente requeriría de un cambio cultural, sin duda alguna", señaló Edelson. "Practicamos la recogida rutinaria de los signos vitales igual que Florence Nightingale. Ha cambiado muy poco. Pero tenemos muchos más datos disponibles que antes, y usar los datos para averiguar cómo asignar mejor nuestros recursos tiene mucho sentido para mí".
Los autores anotaron que el estudio tuvo algunas limitaciones. Por un lado, los hallazgos provienen de un solo hospital. Además, durante los chequeos de los signos vitales, las enfermeras podrían detectar otros signos, más sutiles, del estado de salud del paciente.
Nancy Foster, vicepresidenta de políticas de calidad y de seguridad del paciente de la Asociación Americana de Hospitales (American Hospital Association), afirmó que el estudio de Edelson es "un trabajo interesante y muy importante".
"Representa unas respuestas basadas en datos a preguntas sobre qué servicios que hemos proporcionado tradicionalmente podrían cambiarse para dar más beneficios al paciente", planteó.
Permitir a los pacientes en bajo riesgo que duerman también daría más tiempo a las enfermeras para dedicarlo a otras cosas, añadió Foster.
"Podrían enfocar la atención en los pacientes que están gravemente enfermos, o en crisis", señaló. "Podrían revisar de nuevo los medicamentos o indicaciones para asegurarse de que no se cometan errores. Sería increíblemente valioso para asegurar que el tiempo de las enfermeras esté bien invertido en servicios que los pacientes necesitan".
Sería "difícil pero no imposible" cambiar las prácticas de los hospitales para reflejar esta nueva comprensión sobre la importancia de los chequeos de los signos vitales, dijo Foster.
Las autoridades de los hospitales deberán asegurarse de que el personal vea los datos y comprenda los beneficios de un cambio de esta naturaleza. Los médicos y las enfermeras deberán entonces asegurarse de explicar claramente a los pacientes los cambios en el procedimiento.
"No es deseable que [los pacientes] piensen que ahora se les está descuidando", comentó Foster. "Es bueno que sepan que se está haciendo un cambio en la práctica porque se quiere que puedan dormir mejor".
Fuente: MedlinePlus VIA HEALTHDAY
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