Nuevos trucos permitirán a una aplicación de registro vital llamada Saga saber no solo dónde estás, sino qué haces.POR TOM SIMONITE TRADUCIDO POR LÍA MOYA (OPINNO)
Muchos ya registramos los sitios a los que vamos y las cosas que hacemos usando nuestro smartphone para sacar esmeradas fotos y vídeos y actualizar nuestras cuentas en las redes sociales. Una empresa llamada ARO está creando una tecnología que hace un registro automático y completo de tu vida.
ARO está detrás de una aplicación llamada Saga que registra automáticamente cada lugar al que va una persona. Ahora los ingenieros de ARO están probando formas de usar el barómetro, cámaras y micrófono de un dispositivo, junto con los sensores de localización del teléfono, para averiguar dónde está el usuario y qué está haciendo. Esta función debería debutar en la aplicación Saga a finales del verano o principios de este otoño.
La versión actual de Saga, disponible para teléfonos Apple y Android, registra automáticamente los lugares que visitas; también puede recoger datos de la actividad diaria de otros servicios, entre ellos las aplicaciones de seguimiento del ejercicio FitBit y RunKeeper, y acceder a las actualizaciones de cuentas de medios sociales como Facebook, Instagram y Twitter. Una vez que la aplicación lleva un tiempo instalada en el teléfono del usuario, produce infografía sobre su vida; por ejemplo, tablas con la variación en la hora a la que sales a trabajar por la mañana.
Un software instalado en los servidores de ARO crea y mantiene un modelo de los movimientos típicos de cada usuario. Estos modelos alimentan las funciones de resumen vital de Saga, y ayudan a la aplicación a seguir a alguien todo el día sin necesidad de que los sensores estén todo el día encendidos, lo que consumiría mucha batería.
"Si sé que vas a estar sentado en el trabajo durante nueve horas, podemos reducir nuestra frecuencia de recogida de datos para que la aplicación gaste la menor cantidad de energía posible", explica Andy Hickl, director ejecutivo de ARO. Saga se despertará y comprobará la localización de una persona si, por ejemplo, el acelerómetro del teléfono sugiere que está en movimiento; y puede haber una confirmación por medio de otras pistas, como la mezcla de redes wifi al alcance del teléfono. Hickl afirma que Saga consume de media alrededor del 1 por ciento de la batería del aparato, significativamente menos que muchas aplicaciones populares de correo electrónico, mapas o redes sociales.
Hickl sostiene que ese consumo es lo suficientemente bajo como para que Saga se pueda permitir ampliar la información que recoge accediendo a sensores adicionales del teléfono. Afirma que tomar muestras ocasionales del barómetro, cámaras y micrófono de un teléfono permite registrar detalles como cuándo entras en una sala de conferencias para una reunión o cuándo visitas Starbucks, ya sea solo o acompañado.
Hace poco, la versión para Android de Saga empezó a usar el barómetro presente en muchos teléfonos para distinguir localizaciones cercanas entre sí. "Los cambios en la presión se pueden usar para distinguir mejor los lugares que son similares", explica Ian Clifton, director de la versión para Android de ARO. "Podría ser el primer piso respecto al tercero dentro del mismo edificio, pero también dentro de un vehículo respecto a fuera de él, incluso estando en el mismo lugar físico.
ARO está haciendo pruebas internas de versiones de Saga que toman muestras de luz y sonido del entorno del usuario. Clifton afirma que usar el micrófono del teléfono para recoger huellas acústicas cortas de distintos lugares, puede servir como una señal adicional de localización y permitir sacar conclusiones sobre lo que hace alguien. "A veces no estamos seguros de si estás en Starbucks o en el bar de al lado del Starbucks", sostiene Clifton. "Mediante las huellas acústicas, aunque las lecturas de los sensores de localización sean parecidas, podemos distinguirlo ".
Ocasionalmente, tomar muestras de la luz que hay alrededor de un teléfono usando su cámara proporciona otro tipo de señal extra sobre la actividad. "Si pasas de luz ambiente a luz natural, nos diría que tu contexto ha cambiado", explica Hickl, y Saga debería poder reconocer la diferencia entre las distintas zonas de una misma oficina, por ejemplo.
El resultado final de tomar muestras de luz, sonido y presión atmosférica será que los modelos de aprendizaje automático de Saga serán capaces de rellenar más detalles sobre la vida del usuario, según Hickl. "Cuando hoy me vaya a casa y pase 12 horas allí, para Saga eso es como un muro de nada", afirma, señalando que Saga podría usar pistas de sonido o luz para llegar a la conclusión de que durante ese tiempo en casa estaba viendo la tele, jugando con sus hijos o cenando, por ejemplo.
Andrew Campbell, que dirige una investigación sobre el uso de los sensores de lossmartphones en la Universidad de Datmouth (EE.UU.), afirma que añadir más funciones detalladas y automáticas de detección vital es clave para que Saga o cualquier otra aplicación parecida tengan un impacto generalizado. "El registro automático libera al usuario de la carga de tener que introducir muchos datos", afirma. "Es probable que las aplicaciones que triunfen sean aquellas automáticas de registro continuo que minimizan la interacción con el usuario".
Campbell explica que el registro automático junto con el aprendizaje automático también deberían permitir a las aplicaciones conocer mejor el estado de salud y de bienestar del usuario. Hace poco ha empezado a analizar datos de un estudio en el que 60 estudiantes usaron una aplicación de registro de actividades vitales creada por Campbell llamadaBiorhythm. Esta aplicación usa varios trucos para la recolección de datos, entre ellos escuchar en busca de voces cercanas para decidir cuándo está teniendo una conversación el usuario. "Podemos observar muchos patrones interesantes relacionados con rendimiento en clase, personalidad, estrés, sociabilidad y salud", afirma Campbell. "Esto se podría traducir a cualquier situación de rendimiento en el trabajo, como en unastart-up, un hospital, una gran empresa, o en el hogar".
El proyecto de Campbell puede dar forma a sus cursos, pero no tiene por qué ser lucrativo. En última instancia ARO, que está financiada por Paul Allen, cofundador de Microsoft, tiene que conseguir que el registro vital dé dinero. Hickl explica que ya han empezado a alquilar parte de la tecnología de ARO a otras empresas que podrán identificar la localización o las actividades de los usuarios. También sostiene que los datos agregados de usuarios de Saga deberían tener un valor.
"Ahora estamos consiguiendo una masa crítica de usuarios en algunas áreas y podemos hacer algo de detección de tendencias", explica. "El equipo nacional de fútbol de Estados Unidos estuvo en Seattle, y pudimos ver dónde hervía la actividad por la ciudad". Hickl explica que los datos de este evento podrían ayudar a las autoridades o negocios locales a planear futuros eventos de fútbol en Seattle o en otros lugares. Añade que Saga podría dar a conocer de forma parecida muchos otros patrones de la vida diaria que de otra forma serían invisibles. MIT
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