En el proyecto de investigación 'Kroppens partitura' (partitura musical del cuerpo), los investigadores de la Academia Sahlgrenska estudian cómo la música, en términos puramente biológicos, afecta a nuestro cuerpo y nuestra salud. El objetivo es encontrar nuevas formas en que la música pueda utilizarse con fines médicos, principalmente en la rehabilitación y la atención preventiva.
En el último estudio, publicado en la revista 'Frontiers in Neuroscience', el grupo de investigación es capaz de mostrar cómo la estructura musical influye en la frecuencia cardiaca de los miembros del coro. En diciembre de 2012, reunió a jóvenes de entre 15 y 18 años de la 'Hvitfeltska High School' de Gotemburgo y les pidió realizar tres ejercicios corales: un zumbido monótono, cantar el famoso himno sueco "Härlig är Jorden" (preciosa es la Tierra) y un canto de un mantra lento.
Los resultados del estudio de Björn Vickhoff y su grupo de investigación muestran que la melodía y la estructura de la música tienen un vínculo directo que está vinculado a la actividad cardiaca del miembro del coro individual; es decir, que cantar al unísono tiene un efecto de sincronización y que la frecuencia cardiaca de los cantantes tiende a aumentar y disminuir al mismo tiempo.
Cantar tiene efectos similares al yoga
"Cantar regula la actividad en el llamado nervio vago que interviene en nuestra vida emocional y nuestra comunicación con los demás y que, por ejemplo, afecta a nuestro timbre vocal. Canciones con frases largas logran el mismo efecto que los ejercicios de respiración en el yoga. Es decir, a través de las canciones se puede ejercer un cierto control sobre los estados mentales", explica Björn Vickhoff, autor principal del estudio.
Los efectos positivos del canto coral en la salud y el bienestar los notan muchos de miembros del coro, a pesar de que sólo se ha estudiado científicamente en menor medida. La hipótesis de los investigadores es que los efectos sobre la salud surgen a través de la "imposición" de un canto patrón de respiración tranquila y regular, que tiene un efecto dramático sobre la variabilidad del ritmo cardíaco, algo que, a su vez, se supone que tiene un efecto favorable sobre la salud.
"En el caso de control de la respiración, el ritmo cardiaco o pulso disminuye al expulsar el aire durante la exhalación y aumenta de nuevo al respirar durante la inhalación. Esto es debido a que la respiración de exhalación hacia fuera activa el nervio vago que reduce la frecuencia cardiaca que ralentiza el corazón. El término médico para esta fluctuación de la frecuencia cardiaca de la conexión entre la respiración y el ritmo cardiaco es RSA y es más pronunciada entre los jóvenes en buen estado físico y que no están sujetos a tensión", explica Vickhoff.
La hipótesis de los investigadores de este estudio es que la canción es una forma de regular y controlar la respiración, ya que la exhalación se produce en las frases de la canción y la respiración de inhalación entre éstas. "Ya sabemos que el canto coral sincroniza los movimientos musculares de los cantantes y las actividades neuronales en grandes partes del cuerpo. Ahora también sabemos que esto se aplica al corazón en gran medida", subraya Björn Vickhoff.
El grupo de investigación desea ahora investigar si la sincronización biológica de los cantantes corales también crea una perspectiva mental compartida que podría ser utilizada como un método para el fortalecimiento de la capacidad de colaborar. Actuar y cantar al unísono genera un vínculo de acción colectiva y el canto es a menudo una expresión de una voluntad colectiva, según el autor principal.
"No hay más que pensar en los estadios de fútbol, las canciones de himno en la escuela, las procesiones durante un festival, coros religiosos o desfiles militares. Las investigaciones demuestran que sincronizar ritos contribuye a la solidaridad del grupo. Estamos considerando que las pruebas del canto coral y medio pueden ser refuerzos de las relaciones de trabajo en las escuelas", concluye. Fuente: EP
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