Buscando una forma de combatir el vitiligo, una enfermedad que despigmenta la piel, una investigación conjunta entre Gran Bretaña y Alemania encontró una manera de evitar el emblanquecimiento del cabello.
Las canas podrían tener fecha de vencimiento. Investigadores europeos creen haber encontrado una solución al proceso de blanqueamiento que sufre el pelo con el paso del tiempo y que también podría ser útil para el tratamiento del vitiligo, enfermedad que afecta la pigmentación de la piel.
Los científicos descubrieron que las personas encanecen como consecuencia de un proceso de estrés oxidativo masivo que implica la acumulación de peróxido de hidrógeno en el folículo piloso del cabello, lo que hace que el pelo se blanquee a sí mismo desde dentro.
Lo importante es que mediante estudios de laboratorio han comprobado que este proceso se puede remediar con un tratamiento que consiste en la activación de una enzima en particular, llamada catalasa, usando luz ultravioleta. Con eso se rompe el peróxido de hidrógeno y alivia el estrés oxidativo.
"Por generaciones, numerosos remedios se han confeccionados para esconder el pelo canoso. Pero ahora, por primera vez, un tratamiento real que se enfoca a las bases del problema ha sido desarrollado", afirma el doctor Gerald Weissmann, editor del Journal of the Federation of American Societies for Experimental Biology, que publicó el estudio.
Este hallazgo, que pertenece al Instituto de Desórdenes Pigmentarios y la Universidad de Greifswald, en Alemania, junto con el Centro de Ciencias de la Piel de la Universidad de Bradford, en Gran Bretaña, surgió de casualidad en la búsqueda de un método para tratar el vitíligo, una enfermedad cutánea degenerativa que causa despigmentación de algunas partes de la piel por la destrucción masiva de melanocitos.
A un grupo de 2.411 pacientes con vitíligo se le aplicó una crema -hecha en base a la enzima catalasa, que se activa con el sol y que facilitó la repigmentación de la piel. Fue en ese proceso que los investigadores observaron que los pacientes no solo recuperaban el color original de su piel, si no también el de su pelo, en los casos en que había encanecido. Fuente: El País
jueves, 9 de mayo de 2013
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